Codicia: Deseo o apetito ansioso y excesivo de bienes o riquezas.
Piedra angular: Piedra que hace esquina en un edificio y sobre la que se apoyan dos paredes. Base o fundamento principal de una cosa.

Pues bien, ¿acaso la piedra angular de nuestro mundo no es la codicia?
Pregunto en clase y casi todos equiparan felicidad a ser ricos.
Si se piensa que casi todo se consigue con dinero, placeres y comodidades… estamos  en la antítesis del Evangelio.
Imposible que entendamos lo de “bienaventurados los pobres”. No querremos oír lo de “malditos los ricos” (Lc 6, 24).


¿Acaso no estamos expoliando nuestro planeta porque “necesitamos” nivel de vida?
Medimos el desarrollo de una sociedad por su nivel de consumo… ¡vaya!
No por el nivel de humanidad, ni de valores, ni de atenciones sociales…
Decididamente nuestra piedra angular es la codicia.

Mt 21, 33-43
“Escuchad otra parábola: El dueño de una finca plantó una viña, le puso una cerca, construyó un lagar y levantó una torreu para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. El dueño envió otros criados, en mayor número que al principio; pero los labradores los trataron a todos del mismo modo.
“Por último mandó a su propio hijo, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’ Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero; matémoslo y nos quedaremos con la viña.’ Así que le echaron mano, lo sacaron de la viña y lo mataron.
“Pues bien, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué creéis que hará con aquellos labradores?”
Le contestaron:
–Matará sin compasión a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Jesús les dijo:
– ¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?:
‘La piedra que despreciaron los constructores es ahora la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor y nosotros estamos maravillados.’
“Por eso os digo que a vosotros se os quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos”.

Jesús de Nazaret, el hijo del dueño de nuestro mundo, nos habla de otros valores, de otras guías. ¿Realmente eres su seguidor? ¿Dónde inviertes tiempo, recursos y dinero? ¿En qué basas tu nivel de vida? ¿Cuál es tu piedra angular?