Autor: Gerald A. Arbuckle
Título: Refundar la Iglesia. Disidencia y liderazgo.
Editorial: Sal Terrae. Col. Presencia Teológica nº 89. Madrid 1998.
Páginas: 326 pág..
Comentario: A pesar de que el original en inglés está escrito en 1993, el libro es una excelente herramienta para interpretar el presente. La Iglesia, y las Congregaciones religiosas aún estamos tonteando con la cultura del pasado para pensarnos y expresarnos. La propuesta es refundar, hacer duelo por el «caos» que nos toca vivir y ser capaces de generar un cambio de cultura eclesial que nos permita llevar la Buena Noticia al mundo de hoy. Esplica la necesidad de disidente jerárquicos y de a pié. Cada capítulo presenta lo que va a explicar, lo desarrolla y al final añade una síntesis. De fácil y ágil lectura para cualquier persona preocupada por el futuro de la Iglesia y de la Vida Religiosa. Apasionante lectura. Tal es así que me he embarcado en leer otro libro suyo que no está traducido al castellano: «From chaos to mission: refounding religious life formation«… así que ando con diccionario en mano y pacientemente mejorando mi rudimentario inglés.
Índice
Primera parte: Disidencia, liderazgo y refundación en la Iglesia.
1.- Una refundación frustrada: explicación del problema.
2.- La Iglesia en el caos: una experiencia inevitable.
3.- Secretismo, ortodoxia y «caza de brujas»
4.- El liderazgo transformador de los «disidentes jerárquicos».
Segunda parte: La Iglesia en miniatura: la refundación de las congregaciones religiosas.
5.- Un desafío al restauracionismo: la refundación de las congregaciones religiosas.
6.- La comunidad viva es esencial para la refundación.
7.- Negación, duelo y liderazgo.
8.- El gobierno en colaboración: orientaciones prácticas para los disidentes jerárquicos.
Epílogo.
Textos que destaco:
«La refundación es un viaje de fe, de acuerdo con el espíritu original del Fundador, al misterio pascual respecto de la misión hoy» (Pág. 5)
«Este caos puede ser también el catalizador de una inmensa oleada evangelizadora inspirada por la fe, porque puede forzarnos a buscar modos radicalmente nuevos de predicar la Buena Nueva, dado que los viejos métodos pastorales han dejado, simplemente, de ser eficaces.» (pág. 18)
«La vida religiosa actual, no obstante, refleja el caos de la Iglesia en su conjunto. Muy pocos religiosos y comunidades están preparados para aceptar el desafío de refundar. Hay religiosos que desean una rápida solución a su propio caos, cualquier cosa que les permita evitar el dolor y la oscuridad inherentes a toda conversión a la radicalidad de los valores evangélicos…» (Pág. 25)
«No basta con renovar las estrategias pastorales existentes, porque lo que se requiere son modos radicalmente diferentes y aún inimaginados de relacionar la Buena Nueva con los desafíos pastorales del mundo, como, por ejemplo, el secularismo, el materialismo, la secularización, la destrucción medioambiental y la opresión social y política.» (Pág. 40)
«En la Iglesia hay muchas personas que son incapaces de asumir la ambigüedad y la paciencia y añoran las respuestas simplistas y la vuelta al orden de la Iglesia anterior al Vaticano II… Si el proceso continúa, la Iglesia se convertirá en una organización cada vez más sectaria, en un refugio para las personas asustadas y a la defensiva, con un mensaje cada vez más irrelevante para un mundo que necesita urgentemente encontrar su significado en el mensaje del Señor» (Pág. 101-102)
«Stephen Covey explica…. ‘Gestionar es hacer las cosas bien; liderar es hacer las cosas adecuadas. La gestión es eficacia en el ascenso por la escala del éxito; el liderazgo determina si la escala está apoyada en el muro adecuado.» (Pág. 155)
«Ideas creativas, e incluso revolucionarias, pueden existir en organizaciones, al menos vagamente, durante años; pero, dado que nadie asume la responsabilidad respecto de ellas, no sucede nada. Con frecuencia lo que faltan no son ideas creativas, sino su aplicación mediante personas innovadoras.» (Pág. 165)
«Cuando se acepta la realidad de la pérdida, con todo su dolor y su ira, y se le permite partir, entonces todo lo nuevo dispone de un espacio en el que entrar. Si las pérdidas no se asumen, continúan acosando a los vivos y atrapándolos en el pasado sin que sean conscientes de ello.» (Pág. 184)
«…Hay algunos religiosos que… no se dejan abatir por el caos de su entorno y de su propio interior, porque sueñas que la humanamente imposible visión de la refundación de la vida religiosa es posible si ellos caminan más íntima y desarmadamente, aunque también valerosa y proféticamente con el Señor…
…creen también que el futuro de la Iglesia se basa, en último término, en la construcción constante de comunidades de fe, adoración y acción; unas comunidades que no se orientan hacial el interior, preocupándose fundamentalmente por su propia preservación, sino que son comunidades de misión, orientadas hacia el exterior y comprometidas en el diálogo con todas las personas de buena voluntad.» (Pág. 231-232)
«En la Iglesia, la ideología del restauracionismo es síntoma de la falta de duelo, es decir, de la negativa a despedirse de lo que ya no es pertinente y permitir que llegue lo apostólicamente nuevo. Los religiosos son llamados por su vocación a ser especialistas en el arte de renunciar a lo viejo para permitir la entrada de la ‘novedad imposible’.» (Pág 292)