Todos conocemos alguien que, entre otras cosas, se ha especializado en fútbol. Es el tema de sus conversaciones. Conoce las diversas peripecias de los jugadores. Le faltaría algo importante en su vida si un día no le fuera posible ver un partido que le interesa.
Parece que a lo largo de la existencia todos nos vamos orientando por algo que más o menos nos ayuda a vivir, sea el fútbol u otro tema, acertado o equivocado.
En la Colección, La Salle propone, para sus seguidores, algunos puntos que pueden ir jalonando su día de un modo más significativo. Es solo una muestra. Cada uno hallará otros de su preferencia (cfr. CT 12).
Son textos cortos, como mantras, que ayudan en el camino de la interioridad para mejorar aquello mismo que estamos haciendo en cada momento.
El Fundador los toma de la Sagrada Escritura: hay otras fuentes que también pueden sernos provechosas. Me limito a transcribir algún pasaje de los que nos propone desde su experiencia personal:
Al levantarse: Despierta, tú que duermes, y te alumbrará Cristo: Ef 5,14
Mi espíritu, en mi interior, madruga por Ti: Is 26,9
En la capilla: Entraré en tu casa, me postraré con toda reverencia: Sal 5,8
En la oración: Bendeciré al Señor en todo momento, su alabanza estará siempre en mis labios: Sal 33, 2
Al meditar: Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón: Lc 2,51
Comunión: El que come mi carne y bebe mi sangre está en Mí y Yo en él: Jn 6,56
Antes de hablar: De vuestra boca no salgan sino palabras que sean buenas para edificar: Ef 4,29
Al comer: Ora comáis, ora bebáis, hacedlo todo a gloria de Dios: 1Cor 10,31
Al acostarse: En paz me acuesto y al punto me duermo, pues el Señor me da seguridad: Sal 4,9
Esta cercanía y vivencia de Dios-Jesús, puede llegar a cultivarse. Sin necesidad de ser mojigato y aguafiestas. Quizá, incluso, sin llamar la atención. Igual que tenemos pensamientos, sentimientos y palabras de toda índole, no nos irá mal tener algunos que estén fundamentados en La Palabra, o en la sabiduría humana. El secreto reside en ser dueño de lo que pienso, siento y expreso. Es la semilla que voy sembrando día a día. Y me trabaja por dentro.
No temamos centrarnos en Dios. Si de veras es nuestro Tesoro, Él nos enviará en ayuda de los hermanos. ato