Reflexión de Montse Payá

Esta tarde ¿por casualidad? me he encontrado en una clase de 2º de ESO sobre una de las mesas, el libro de Religión de una alumna. Lo he abierto al azar por una de sus páginas para echarle un vistazo.
El tema estaba subrayado en amarillo “fosforito”, como ellos lo llaman.
Al margen, había un letrero de esos que los alumnos suelen dibujar cuando se aburren. Las letras eran muy bonitas, habían sido coloreadas por alguien que parecía disponer de todo el tiempo del mundo para entretenerse en dichos menesteres.

“ ROLLAZO”, en grandes letras mayúsculas.

La  curiosidad me ha llevado a leer con detenimiento la página para descubrir qué era eso que la virtuosa artista tildaba de “rollazo” y me he encontrado que el punto al que la alumna se refería, describía el concepto de “interioridad”, la importancia del valor de la trascendencia en el ser humano, la dimensión espiritual.
“¡Food for thought!”, como dicen los ingleses.

¿Es una maravillosa utopía desear que nuestros alumnos puedan vivenciar, descubrir su “interioridad” como fuente de riqueza, crecimiento, plenitud, autenticidad, sentido?

¿Lamentarse o moverse?

La Salle ha puesto en marcha “el moving de la interioridad”. ¡Qué bien! Es muy alentador.