Título: Volver a Jesús. Hacia la renovación de las parroquias y comunidades.
Editorial: PPC, Madrid
Páginas: 124 págs.
Año: 2014
Comentario: Una muy buena síntesis del diagnóstico actual de la pastoral en la Iglesia local. El capítulo tercero recoge de manera muy pedagógica la llamada del Papa Francisco a la renovación de la Iglesia. El título expresa la tesis: volver a poner el mensaje evangélico al alcance de las personas, como criterio de renovación, como propuesta profética y esperanzadora.
Cada capítulo termina con unas interesantes cuestiones para el diálogo en grupo, teniendo como escenario la propia parroquia. Las cuestiones del último capítulo invitan a constituir un “grupo de Jesús”, célula para la renovación de las parroquias y comunidades: donde el Evangelio sea el centro, el grupo es abierto, no de especialistas, es un espacio de conversión donde vivir la experiencia de ser engendrados a la fe no por vía de adoctrinamiento, sino como resultado del contacto con el Evangelio de Jesús. Esta última parte me parece la más interesante, los capítulos previos la justifican, pero la propuesta de crear grupo la veo oportuna y factible. En algunos ambientes el problema será la convocatoria… ¿cómo conseguir hacer atrayente el proyecto para empezar con algunas personas? Mi padre, que también se ha leído el libro, me dice que formar estos grupos va a ser muy difícil… irán “los beatos”, y así no cambia nada. Hace falta mucha creatividad, y ser capaces de nos desanimarse.
Índice:
Presentación.
1.- La renovación pastoral después del Vaticano II
1.1.- Crisis de la pastoral de transmisión
1.2.- La búsqueda de nuevos caminos de acción pastoral
a) Pastoral de acogida.
b) Pastoral de propuesta de la fe.
c) Pastoral de diálogo.
2.- La renovación paralizada por el miedo.
2.1.- La reacción de autodefensa.
2.2.- La opción por el restauracionismo.
2.3.- La pasividad del pueblo cristiano.
3.- Llamados a una renovación evangélica de la Iglesia.
3.1.- Recuperar la frescura original del Evangelio.
a) Volver al encuentro personal con Jesucristo.
b) Vivir y anunciar lo esencial del Evangelio.
c) El reino de Dios nos reclama.
3.2.- Formas desvirtuadas de cristianismo
a) Mundanidad espiritual.
b) Formas poco sanas de espiritualidad.
c) Estilos de vida que obstaculizan la renovación evangélica.
d) La guerra entre nosotros.
3.3.- El camino concreto hacia la conversión de la Iglesia
a) Salir hacia las periferias existenciales.
b) Algunos medios concretos para impulsar la renovación.
4.- Volver a Jesús, el Cristo.
4.1.- Convertirnos a Jesucristo.
4.2.- Nueva relación con Jesús.
4.3.- Introducir la verdad de Jesús en nuestro cristianismo.
4.4.- Recuperar la identidad de discípulos y seguidores de Jesús.
4.5.- Reavivar la esperanza en Cristo, resucitado por Dios.
5.- Liberar la fuerza del Evangelio.
5.1.- El Evangelio atrapado por la crisis religiosa.
5.2.- La fuerza del Evangelio en las primeras comunidades
5.3.- Contacto directo e inmediato con el Evangelio.
5.4.- Acoger juntos la PAGOLA, José Antonio.
Volver a Jesús. Hacia la renovación de las parroquias y comunidades.
PPC, Madrid 2014.
124 páginas.alegría del Evangelio.
5.5.- Entrar por el camino abierto por Jesús.
5.6.- La fe cristiana como estilo de vida.
6.- Recuperar el proyecto humanizador de Dios.
6.1.- El proyecto humanizador del Padre.
6.2.- El reino de Dios como horizonte de las comunidades.
6.3.- Recuperar la dimensión histórica y social del reino de Dios.
6.4.- La compasión como principio de actuación.
6.5.- Los últimos han de ser los primeros.
7.- Reavivar el espíritu profético de Jesús en las comunidades.
7.1.- Cuidar el espíritu profético de Jesús.
a) Presencia alternativa.
b) Indignación profética.
c) Llamada a la esperanza.
7.2.- Abrir caminos a la acción profética del pueblo de Dios.
a) Romper silencios.
b) Liberarnos de miedos.
c) Reavivar la esperanza.
8.- Una propuesta concreta: los “grupos de Jesús”.
8.1.- Volver juntos a Jesús, el Cristo.
8.2.- Reunidos en el nombre de Jesús.
8.3.- Espacio de conversión.
8.4.- Acogiendo juntos la alegría del Evangelio.
8.5.- Comprometidos en el proyecto del reino de Dios.
8.6.- Construyendo la Iglesia de Jesús.
8.7.- En un clima fraterno y amistoso.
8.8.- Responsabilidad y creatividad de los laicos.
8.9.- Al terminar el recorrido..
Textos que destaco:
– ”Hoy, sin embargo, esta pastoral de transmisión se va haciendo cada vez más difícil, casi imposible. Y lo mejor es que en la Iglesia tomemos conciencia cuanto antes de que este modo concreto de transmitir la fe no funcionará en el futuro (…) Las nuevas generaciones no aprenderán a ser cristianas imitando a sus padres ni a sus sacerdotes o catequistas. Tendrán que descubrir la originalidad y la fuerza salvadora de Jesucristo por otros caminos.” (Pág. 13)
– “La Iglesia no debe ser percibida en ningún lugar como una institución que impone, juzga o amenaza desde su autoridad sagrada indiscutible, sino como un lugar de libertad y de invitación desde el que se propone la fe cristiana.” (Pág. 17).
– “Durante siglos se le ha educado al pueblo de Dios para la sumisión, la obediencia, el silencio y la pasividad. El cristianismo se ha organizado como una religión de autoridad y no de llamada. Las estructuras que se ha dado a sí misma la jerarquía a lo largo de los siglos no han promovido la corresponsabilidad, la vivencia adulta de su pertenencia a la Iglesia ni la creatividad del pueblo de Dios”. (Pág. 26)
– [Citando al Papa Francisco] “Más que el temor a equivocarnos espero que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos mientras afuera hay una multitud hambrienta y Jesús nos repite sin cansarse” ‘¡Dadles vosotros de comer!’. (EG 49)” (Pág. 31)
– “El mayor peligro está en que ya ‘no será propiamente el Evangelio lo que se anuncie, sino algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideológicas. El mensaje correrá el riesgo de perder su frescura y dejará de tener “olor a Evangelio”.’. (EG 39)” (Pág. 35)
– “’La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del ‘siempre se ha hecho así’. Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores en las propias comunidades.’ (EG 54).” (Pág. 45)
– “Lo primero no es firmar decretos reformistas, sino recuperar en el interior de la Iglesia el Espíritu de Jesús y sus actitudes más básicas: promover un seguimiento más fiel a su persona, recuperar su proyecto del reino de Dios como la tarea principal de las comunidades cristianas, introducir la compasión como principio de actuación en todos los niveles de la Iglesia, buscar entre todos una Iglesia pobre y de los pobres que no tenga miedo a salir a las periferias.” (Pág. 51)
– “Con frecuencia, nuestro trabajo pastoral está concebido y desarrollado de tal forma que tendemos a estructurar la fe de los cristianos no desde la experiencia del encuentro personal con Jesús, el Hijo querido de Dios encarnado entre nosotros, sino desde la aceptación de unas creencias, la docilidad de unas pautas de comportamiento moral y la celebración fiel de una liturgia sacramental.” (Pág. 57)
– Dos actitudes adecuadas: “Hemos de aprender a vivir cambiando. Esto significa aprender a ‘despedir’ lo que ya no evangeliza ni abre caminos al reino de Dios, como tal vez lo hizo en otros tiempos, y aprender a tantear y abrir caminos nuevos al Evangelio de Jesús (…)
Y darle forma concreta al cambio (…) hemos de dedicar menos tiempo al análisis de las deficiencias, la escasez de medios o las dificultades, y mucho más tiempo, más oración, más atención y energías a descubrir las llamadas nuevas, carismas nuevos y caminos de conversión innovadora.” (Pág. 61-62)
– “Nuestras parroquias necesitan la experiencia directa e inmediata del Evangelio.” (Pág. 67)
– ¿Por qué no instaurar en las comunidades cristianas, fuera del contexto de la liturgia dominical, un espacio nuevo y diferente para escuchar juntos el Evangelio de Jesús? ¿Por qué no reunirnos, en el nombre de Jesús, presbíteros y fieles, varones y mujeres, creyentes, menos creyentes, poco creyentes y hasta no creyentes, para escuchar y compartir su mensaje?” (Pág. 68)
– “Hemos de configurar de manera nueva las comunidades, no solo desde la respuesta a las necesidades de una religión, sino desde su contribución al servicio del reino. El cambio decisivo es ir pasando de comunidades exclusivamente centradas en el culto y en la catequesis a comunidades abiertas, dedicadas a abrir caminos al reino de Dios en medio de los problemas, luchas y sufrimientos que se viven en el mundo de hoy.” (Pág. 83)
– “El compromiso por el reino de Dios ha de ponernos mirando hacia la dignidad y la liberación de los últimos de la tierra.” (Pág. 93)
– “Necesitamos comunidades más indignadas, que recojan este espíritu de Jesús en una sociedad poco indignada ante los abusos y la corrupción de los poderosos, y ante una religión demasiado confortable y despreocupada de las cargas y el peso de la vida de las gentes.” (Pág. 99)
– “Estos grupos [ver índice] son de Jesús. No tienen otro nombre ni protector. No responden a una convocatorio institucional, tampoco se encuadran en la espiritualidad particular de ningún movimiento ni asociación. No tienen locales propios y se difunden sin publicidad especial. Son espacios de libertad abiertos a quienes quieran vivir la misma experiencia. Se multiplican por la atracción de Jesús y por contagio del Evangelio.. Para formar parte de estos grupos no se requiere preparación especial. No es necesario que todos sean practicantes.” (Pág. 111)
– “Para ir haciendo su recorrido, al grupo se le ofrecen diferentes ayudas. En primer lugar, junto al texto evangélico que se va a escuchar, meditar y compartir, se le propone una guía de lectura y algunas preguntas y sugerencias para captar entre todos el mensaje principal del texto; a continuación pueden leer un breve comentario que se les ofrece para ahondar más su comprensión. Luego se proponen preguntas para motivar la conversión personal y, después, para concretar el compromiso en el proyecto de Jesús. Por último se ofrecen algunas sugerencias para la oración.” (Pág. 119)