Cada persona a lo largo de la vida ha tejido su red de relaciones. Unas equilibradas, otras con carencias, otras con excesos… y necesitamos siempre aprender nuevos modos de tejer, querer, amar.

¿Qué te sugiere la foto?

Ejercicio para trabajar las relaciones que uno teje.

 

PRIMER NIVEL – ¿Cómo son mis relaciones?

Pregúntate por las relaciones que tienes. ¿Qué vives en…? ¿Cómo las describirías?

1.- Relaciones de origen, familiares…
2.- Relaciones que no has elegido.
3.- Relaciones que has elegido.
4.- Relaciones en las que sientes que eres tú mismo de verdad…
5.- Relaciones funcionales, asimétricas, sociales y laborales… ¿son las que más abundan en ti?
6.- Relaciones con personas del mismo entorno ¿casi siempre?
7.- Relaciones con personas que consideras “superiores” o “inferiores”…
8.- Relaciones donde te sientes inseguro, inexperto…
9.- Relaciones donde siempre te llevas bien con todos…
10.- Relaciones conflictivas…
11.- Relaciones con personas con las que quieres estar… ¿por qué?
12.- Relaciones con personas con las que no quieres estar… ¿por qué?
13.- Relaciones con personas con las que no quieres estar pero estás… ¿por qué?
14.- Relaciones con personas con las que quieres estar pero no estás… ¿por qué?

¿Qué te sugiere el siguiente relato evangélico: Mc 3, 1-6?

 

SEGUNDO NIVEL – Ejerciendo tu autonomía. Desde tu interioridad.

– ¿Aceptas que la realidad está ahí, es como es y tú eres cómo eres? Cada persona tiene capacidades y limitaciones… ¿cuáles? Pon nombre a tus capacidades y torpezas.

– Los conflictos nos muestran quiénes somos, y lo que nos falta por aprender. Pregúntate por tus conflictos de relación. ¿Qué te falta por superar o aprender?

– La realidad también nos dice que tenemos que aprender a no pedir a los otros las capacidades que no tienen. ¿Qué relaciones hubieran sido diferentes de aceptar esta realidad?

– ¿Qué movimientos “inconscientes” te ocurren en las relaciones con los otros?
– ¿A quién atraes?
– ¿Por quién te sientes atraído?
– ¿Qué te produce rechazo? ¿Por qué?
– ¿A quién estás eligiendo? ¿Por qué?
– ¿A quién evitas? ¿Por qué?

– ¿Qué normas te estás poniendo en tus relaciones? ¿Las decides tú? ¿Te son impuestas? ¿A lo que salga? ¿Tomas la iniciativa en la relación?

¿Qué te sugiere el siguiente relato evangélico: Mc 5, 1-20?

 

 

 

TERCER NIVEL – Relaciones que sanan, que dan vida. Desplegar lo que eres.

– ¿Qué relaciones, personas, han nutrido tu existencia?
– ¿En qué relaciones, personas, tú has nutrido a los demás?
– ¿Qué personas te han agotado a ti?

– No des por supuesto, por verdad, lo que piensas de las relaciones. Necesitas liberarte de lo aprendido, de las limitaciones, de los temores… para actuar desde dentro.
– ¿En qué relaciones quieres entregarte para dar vida?
– ¿Percibes que te posees, que eres tú, y que puedes hacer de tu vida un don?
– ¿Te abres al amor de Dios, a la manera de relacionarse de Jesús? Yo no llego donde Él, pero acepto su don para crecer.

¿Qué te sugiere el siguiente relato evangélico: Jn 4, 7-15?

 

 

 

 

CUARTO NIVEL – Aprendiendo a relacionarse en modo Dios, Jesús modelo de relación.

 

– Vivir en Cristo nos hace descubrir nuestra plena identidad. Él configura nuestra identidad.

– Comenzamos siendo ante Jesús como realmente somos (continuidad), para luego desplegarnos hacia lo que estamos llamados a ser en Él (ruptura). Despliega nuestro ser, nos lleva más allá, la relación con Él posibilita la voluntad de Dios en nuestra vida.

– Descubrimos un modo de amar que relativiza nuestras limitaciones y capacidades. Vas aprendiendo a consentir amar desde Dios. Ya no miras sólo desde mí mismo, aceptas a donde Dios te lleva.

– Este es el sentido de la vida de fe, dejarse llevar por el Espíritu, ensanchar el corazón a la medida del corazón de Dios.

– ¿Cómo piensas que Jesús te invita a ti a relacionarte con los demás?

– ¿Qué relaciones tendrías que relativizar o resituar?

– ¿En qué relaciones sientes que debes implicarte más?

¿Qué te sugiere el siguiente relato evangélico: Jn 3, 1-12?