torralba-vida espiritualAutor: TORRALBA, Francesc.

Título: Vida espiritual en la sociedad digital. ¿Es posible desarrollar las vivencias interiores en la era de la globalización?

Editorial: Lleida. 2012. Coleción Estilos 13.

Páginas: 178

Breve comentario:

Pues sí, es posible. Salvando viejos pero actualizados errores de la vida espiritual. Tanto si estás fuerte en el tema espiritual y necesitas verlo desde la vertiente espiritual; como si estás fuerte en ordenadores pero más flojo en espiritualidad: te interesa leer el libro.
Fácil lectura. Muy estructurado en sus ideas, como es estilo del autor. Divulgativo. Accesible.

Índice:

1.- La sociedad digital
– El desarraigo y la red.
– El universo en un cuarto
– La conexión interdisciplinaria
– Vínculos y comunidades virtuales.
– La ruptura de la endogamia tribal.
– Un caballo desbocado
– Cronófagos: devoradores del teimpo.
– La pérdida del aura.

2.- ¿Qué es la vida espiritual?
– Hacia dentro y hacia fuera
– Conversar consigo mismo
– La empatía digital.
– Fuerza integral y constitutiva.
– Ser considerado con todos los seres
– La curación interior.
– Vida espiritual y compasión.
– Desapego y desprendimiento.

3.- Celadas en la vida espiritual
– Un contenedor repleto
– La dispersión mental y emocional.
– Obsesionados por el trabajo
– Contra la angustia, la quietud.
– Consumidos por el consumismo.
– Vivir desesperadamente el ahora.
– El arte de distraerse. ¡Prohibido pensar!

4.- Un océano de posibilidades
– El miedo al aburrimiento.
– La amistad espiritual.
– Dejar hacer; dejar ser.
– Nómadas espirituales.
– Las enseñanzas de Oriente.
– Orar en la era digital.
– Vida espiritual y comunicación global.
– Interespiritualidad

Bibliografia

Citas que resalto:

– «Nos preguntamos si la era digital estimula o adormila la vida espiritual, si ensancha nuestra dimensión mortal o la amputa. Intentamos dilucidar si nos permitirá superar y desmontar muchas de las barreras que históricamente se han interpuesto entre pueblos intrínsecamente distintos o si, al contrario, resecará nuestro ser espiritual». (Pág. 11)

– «Enraízamiento y apertura no son incompatibles; son dos procesos indispensables para crecer y hacernos plenamente maduros. Es imposible progresar sin abandonar el hogar y conocer el mundo, pero nadie será capaz de conocerse a sí mismo si olvida sus raíces.» (Pág. 30)

– La red es una oportunidad para romper la endogamia tribal y ejercer el don de la hospitalidad. Es una nueva manera de acogida que no puede asociarse a las antiguas liturgias. Consiste en albergar al otro en la morada de uno, recibiendo sus pensamientos y sentimientos; las secretas revelaciones de su corazón, aquellas que no se atreve a confesar en su entorno afectivo porque provocarían verdaderas angustias.» (Pág. 35)

– «La vida espiritual es el ejercicio de reconocerse único y vivir conforme a esta unicidad. A la vez, es el anhelo de transcender todo aquello que nos ha sido dado, liberándonos de toda servidumbre. En este sentido, es libertad.» (Pág. 64)

– «…se puede hablar de una empatía digital, de una profunda afinidad espiritual con otro ser sin siquiera conocer su corporeidad o su gestualidad, que puede alcanzar cuotas mucho más altas qeu en la vida real, puesto que el vínculo sintónico con el ‘yo’ profundo del otro no pasa necesariamente por el discernimiento de su cuerpo y de sus características.
La empatía digital es posible más allá del contacto físico o visual.» (Pág. 70)

– «La sabiduría espiritual a la que aspiramos no consiste en abarcar cuanto más territorio mejor; no yace en disponer de más información que los demás ni en capturar los objetos del deseo antes que nadie, sino en vivir con sencillez, desprendimiento y la confianza de estar sostenidos encubiertamente por el Ser eterno. (Pág. 99)

– «No podemos vivir aislados los unos de los otros, inmersos en disputas parroquiales…
Hace falta que pensemos en términos globales, necesitamos una espiritualidad que ensanche los horizontes de cada etnia y tribu, portadora de valores universales capaces de estrechar los vínculos entre los seres humanos y, al mismo tiempo, entre el hombre y los demás seres vivos del planeta. (Pág. 170)

– «Las antiguas barreras que por razones geográficas o culturales se habían erigido entre las distintas práctica espirituales se han desmoronado. Estamos viviendo en una encrucijada histórica y los tesoros místicos, ascéticos, morales y psicológicos existentes en las grandes tradiciones del universo religioso están entrando en comunicación entre sí. El grado más profundo de participación se está dando entre las sabidurías místicas; a través de ellas se transfieren enseñanzas, intuiciones y disciplinas del espíritu.» (Pág. 174)