1.- Todos los seres humanos rechazamos el sufrimiento, es instinto de supervivencia. Evitar la violencia, huir del peligro son una buena defensa. El problema puede estar que a veces tapamos el dolor y nos defendemos de él de manera poco constructiva: ir siempre de prisa, victimismo, racionalización, huidas, negación, cinismo, compensación o evasión… ¿Detectas en ti algunos de estos tipos de mecanismos de defensa?

 

 

2.- ¿Qué sufrimientos o dolores te han alcanzado en la vida y has sabido afrontarlos? ¿Cómo lo has hecho? ¿Y cuáles aún son una herida?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3.- El sufrimiento, el mal y la muerte forman parte de la vida. Como humano hay una parte que nos toca asumir, debemos preguntarnos por su sentido.

¿Has aprendido algo de alguno de tus sufrimientos?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4.- Sólo quien ha sufrido puede relativizar el dolor y abrirse a los dolores de otros. ¿Qué sufrimientos ajenos te tocan más el alma?

 

 

 

 

5.- ¿La experiencia del dolor te ha abierto a la presencia de Dios? ¿De un Dios tapagujeros o de un Dios sufriente? ¿Necesitas a Dios, en qué sentido?

 

 

 

 

 

6.- Cargar con la propia cruz, ayudar a cargar la cruz de los demás, dice Jesús en los Evangelios… ¿Es humanamente posible? ¿Qué añade la fe?