Hace una par de meses publicamos una entrada con la publicación del libro: » En tu presencia. Oración, consciencia y meditación». El libro recoge 55 ejercicios de oración y meditación. En aquella publicación, por razones editoriales de espacio, se quedaron sin publicar algunas meditaciones que ya se tenían redactadas. En esta entrada os ofrecemos uno de los ejercicios de meditación que no están en el libro. Esperamos que os pueda servir en vuestra oración personal y/o de comunidad. Más adelante iremos publicando las restantes.
La Historia es testigo permanente de personas que, con talante admirable y heroico, han dedicado gran parte de su vida a aliviar el sufrimiento de sus semejantes. Hombres y mujeres cuyo alto grado de consciencia les mantiene atentos a lo que sucede en su entorno y, urgidas por su espíritu compasivo, se comprometen a hacer el bien. Sentirse en la presencia de Dios, paradigma de la Vida y del Amor, y encontrarse con Él es despertar a la consciencia y a la compasión.
Invocación
Señor, sal a nuestro encuentro en el silencio de nuestra existencia.
Tu presencia despierta nuestra consciencia y nos mueve a la compasión.
Silencio y Consciencia
Adopta una postura cómoda y atenta. Cierra los ojos y relaja todo tu cuerpo…
Inspira con calma y espira prolongando la exhalación.
Coloca los dedos índice y medio en el centro de la frente. Apóyalos con suavidad. Mientras respiras, tu mente permanece atenta y dispuesta a remediar los dolores de las personas.
Sitúa los dedos índice y medio debajo de la nariz. Siente la presión en esa zona. Con cada respiración, desea que la salud se extienda a todo ser humano, especialmente a los más necesitados.
Apoya los dedos índice y medio sobre la barbilla. Al respirar, date cuenta de que con tu voz puedes llegar a muchas personas y hacerles partícipes de la bondad que nos rodea.
Coloca las manos cruzadas en el pecho y permanece durante unos minutos en esta paz y consciencia, deseando que el amor fluya entre los seres humanos.
Oración (Inspirada en el Salmo 36)
La memoria de las personas buenas perdura para siempre.
Confía en Dios y haz el bien,
vive con los pies en la tierra y crece en paz.
Búscalo en el silencio
y llenará los deseos de tu corazón.
Pon tu suerte en el Dios de la vida;
si dejas que Él actúe y te inspire,
hará brillar la luz de la justicia
y encontrarás gente buena en tu camino.
Vive atento a su presencia, espera en Él,
Alégrate con los que prosperan.
No te irrites con los que se equivocan
pero no dejes de corregirlos si obran mal.
Apártate del camino equivocado y haz el bien;
así hallarás descanso y tendrás paz,
porque el Señor ama la honestidad
y está con los que actúan con bondad.
Del corazón de las personas buenas brota sabiduría.
Sus palabras son honestas y veraces.
Observa a los que actúan con integridad,
porque la fuerza de sus seguidores es la paz.
La memoria de las personas buenas perdura para siempre.
Lectura de la Palabra (Mt 8, 1-3)
Cuando Jesús bajó del monte, le seguía mucha gente. En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, que se puso de rodillas delante de él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad”. Jesús lo tocó con la mano, y dijo: “Quiero. ¡Queda limpio!” Al momento, el leproso quedó curado de su enfermedad.
Meditación
Respira con naturalidad.
Al inspirar, repite mentalmente: Señor.
Al espirar, repite: Tú sabes.
Gesto compasivo
Inclina la cabeza y coloca tus manos cruzadas sobre el pecho.
Los seres humanos somos limitados; todas las personas tenemos nuestro grado de discapacidad.
¿Quién no presenta algún tipo de merma de su capacidad sensorial, corporal, psíquica o mental?
¿Hay alguien cuyo carácter esté libre de carencias o de aspectos a mejorar?
¿Quién no ha experimentado las limitaciones que nos impone la más leve enfermedad?
Siente cercanía y compasión por alguna persona que conozcas que desde su aislamiento, arrogancia y orgullo se siente incapacitada para ejercer el altruismo y la generosidad hacia sus semejantes. Desea profundamente que, tanto tú, como ella encontréis caminos de amor y compasión.
Oración final
Dios de la sabiduría:
En todas las épocas has suscitado en los seres humanos
generosidad y compasión.
Son muchas las personas
que han llegado hasta la raíz de las miserias
para poner remedio a las necesidades humanas.
Hombres y mujeres que han sido iconos
de creatividad, de eficacia y servicio.
Hoy sigues inspirando a muchas personas con sabiduría y bondad
para invitarles a hacer de su vida
un canto a la compasión gratuita y amorosa.
Inspíranos, Señor, con tu palabra.
Atentos y conscientes,
queremos hacer de nuestra vida
una respuesta fiel a tu llamada.
Foto destacada (color modificado) de abolfazl salehi: https://www.pexels.com/es-es/foto/blanco-y-negro-moda-mujer-creativo-27938575/