Un nuevo libro de González Faus que incrementa su ya larga lista de escritos en muchos campos de la vida espiritual, desde la teología a la vida cristiana, pasando por la denuncia de la falta de derechos a la insistente mirada que nos invita a tener en lo que hacemos cada día, como si fuera esa teología del vivir cotidiano que nos hace caer en la cuenta de no echar en falta que somos personas concretas en un mundo, una sociedad, una Iglesia y, acaso, una vida religiosa determinada.

Ahora, el autor va pasando revista a una serie de palabras que han tenido (y tienen) un significado nuevo en el hoy de nuestro mundo. Es probable que durante mucho tiempo hayan sido palabras cuyos términos tenían una hondura especial (amor, diálogo, misericordia, felicidad, etc.) a otras menos habituales en el campo “religioso” (libertad, democracia, izquierdas, derechos humanos, etc.). Pero que todas ellas, nos devuelven a la realidad prosaica que vivimos y que nos invitan a no echar en saco roto qué nos dicen, qué revelan, qué carga de profundidad aportan para no dejarlas al pairo de cualquier viento y volverlas a traer a nuestra conciencia y a nuestro vida con el ánimo de no olvidar qué significan en el hoy de nuestro mundo.

El autor ha elegido 12 palabras iniciales (algunas las hemos mencionado mas arriba) y les va dando contenido actual: qué significan, por qué se han gastado, cómo se están utilizando hoy en día, que sentido perverso se descubre cuando se adueñan de ella grupos o colectivos que quieren “arrimar el ascua a su sardina” con la vieja pretensión de ser más amplios que ninguno. Y caen en la demagogia o en la intolerancia, incluso utilizando palabras tan fuertes como amor, diálogo, cristianismo o, incluso, izquierdas.

Pero junto a las anteriores, el autor no se resiste a colocar en su libro, como dice, “otras palabras no tan grandes, pero actuales: del sexo al gender, de la homofobia a la heretofobia, de una ETA a otra ETA, de un terrorismo a otro, populismos o posverdad. Seis palabras nuevas que afrontan muchos de los problemas que tiene hoy la sociedad y que no quiere el autor dejar pasar de considerar hasta dónde llega el sentido que hoy se le da a estos términos.

El libro pretende se un acercamiento respetuoso a esas grandes palabras, con un contenido no muy extenso para cada una (unas 8-10 páginas) con la pretensión de que cuando alguien quiera apoderarse o abusar de ellas, como patrimonio de ellos mismos, podamos decirles que en sus pomposos discursos, la vedad brilla por su ausencia.

Al final del libro, el autor, hablando de la “posverdad” (palabra hoy tan de moda), cuando se pregunta: “ ¿Significa esto que, al acabarse la verdad, no hay más absoluto que ‘mi opinión? Así parece, vista esa forma de conducta que ha convertido en pauta casi universal la libertad de expresión (el sentimiento) y ello da la razón a quien la proclama. ¿Dónde estaría, incluso, ‘la verdad’ de la que habla Machado?… La posverdad es el último golpe de gracia dado a nuestra razón occidental… Lo que me resulta más preocupante de la posverdad es que es, esencialmente, fundamentalista y no pueden soportar los matices porque les quita seguridad…” ( pp. 145-6).