Autor: Michael Davide.

Título: No perfectos pero sí felices. Una profecía sostenible de la vida consagrada.

Editorial: Ediciones Dehonianas España. Pozuelo de Alarcón, Madrid. 2016. Original en italiano Bolonia 2015.

Páginas: 181.

Breve comentario:

El Hermano Michael es monje benedictino. Desde esta vocación monástica propone una reflexión de los cambios y desafíos que tiene la Vida Religiosa.
Está muy alineado con las orientaciones del Papa Francisco a los religiosos: recuperar la dimensión profética, «oler a oveja», acercarse a las periferias del mundo. Me ha hecho pensar mucho en cómo resituar la vida religiosa en el nuevo ecosistema de la Asociación que vivimos en el mundo lasaliano. Me encantaría discutir con él algunas afirmaciones sobre qué significa vivir en «la tierra del medio», sobre todo respecto a la relación de la Vida Religiosa con los laicos o seglares.

Índice:

1.- PARA REFLEXIONAR:
1. Convicciones
2. Una imagen: la samaritana
3. Un salto: Pablo
4. Tomar nota: somos diversos
5. El camino real
6. Entre éxodos y pascuas
7. ¿Fecundidad espiritual?
8. Eunucos por el Reino
9. ¡No conviene!
10. Una imagen: el eunuco en el carruaje.
11. De la mortificación a la limitación.
12. De la radicalidad a la profecía.

2.- PARA LIBERAR LA PALABRA
1. Declinar y decadencia.
2. Tierra de en medio.
3. Entre monastización y mundanización.
4. De una radicalidad ostentada a una profecía sufrida.
5. ¿Debilitamiento o humanización?
6. De la reforma al reformateo
7. Carácter provisional: carisma renovable.
8. Experimentación: la comunión antes que la comunidad.
9. Autenticidad: preeminencia de la persona sobre la función.
10. Un siglo de maduración: la semilla de Carlos de Foucauld.

3.- PARA COMPARTIR
Antes que nada la libertad.

Citas que resalto:

– «El desafío al que tienen que hacer frente los religioso… es vivir de modo íntegro sin caer en formas de integrismo, ser hombres y mujeres de fe y no simplemente hombres y mujeres de religión. Esto exige… ser, cristológicamente, hombres y mujeres que se acompañan en el camino de todos y se identifican con la fatiga de cada uno.» Pág. 36

– Del mismo modo que para Saulo, también para las personas consagradas de hoy -más que nunca- hace falta una renuncia a nuestro propio sistema de renuncias, para abrirnos a una lógica rigurosa de verdad sobre nosotros mismos y de compasión no altanera con respecto a los otros.» Pág. 39

– «Tal vez nos olvidamos a veces de que el Verbo se hizo carne no para fundar la Iglesia, sino a fin de ser sacramento de salvación para la humanidad… Para ofrecer este servicio ‘profético’… los consagrados eligen y aceptan no formar parte ni de la jerarquía ni de los laicos, sino encontrarse en una ‘tierra de en medio’.» Pág. 52

– (Citando al Papa Francisco) «La radicalidad evangélica no es solamente de los religiosos: se pide a todos. Pero los religiosos siguen al Señor de una manera especial, de modo profético. Yo espero de ustedes este testimonio. Los religiosos deben ser hombres y mujeres capaces de despertar al mundo». «Svegliate il mondo» Colloquio di Papa Francesco con i Superiori Generali. 5.

– «El discernimiento no siempre resulta fácil, porque se corre el riesgo de pensar que uno se ha hecho así por el reino de los cielos y, después, caer en la trampa viscosa de una búsqueda, a veces inconsciente y a veces muy consciente, de intentar ser resarcidos por la vida a través del poder, que puede convertirse en abuso espiritual. En esto consiste la enfermedad del clericalismo. » Pág. 78

– «Una vida profética no se identifica con una vida que se percibe y se ofrece como modelo para los otros, sino que es como un ‘signo’ (Ez 24, 24) que hace pensar y no sustituye al pensamiento y a la libertad de nadie. El desafío y el ministerio no consisten en ser ‘diferentes’ y vivir ‘aparte’, siguiendo una lógica antropológicamente ‘clerical’ y ‘sagrada’, sino en ser personas solidarias, capaces de compartir la fatiga del vivir, que afecta, en ocasiones de modo dramático, a la existencia de todos los hombres y mujeres.» Pág. 88

– «Si tienen que ejercer un servicio, es el de ayudar a los otros solo en la medida en que ellos se han hecho ayudar y lo han hecho porque son limitados y hasta, en ciertas regiones de su propio corazón y rincones de su propia vivencia, auténticos pecadores.» Pág. 91

– «Como consagrados, no somos garantes del orden de la disciplina, del mismo modo que tampoco somos modelos a seguir, sino testigos de la caridad inventiva del Evangelio, a través de una presencia que quiere ser una pequeña luz en el interior de la ambigüedad del mundo.» Pág. 105

– «El cambio y la conversión que se requieren a los consagrados de nuestro tiempo… es la renuncia a una radicalidad ostentada para vivir -padecer sería el verbo más adecuado- una profecía sufrida.» Pág. 119

– «Es necesario darse cuenta de que algo corre el riesgo de haberse estropeado en el normal funcionamiento de la vida consagrada, pero so no significa que haya que ‘tirarla’, sino simplemente reformatearla para que pueda empezar de nuevo a funcionar del mejor modo posible.» Pág. 135

– «Nuestro desafío evangélico no consiste en defendernos del mundo, sino en habitarlo.» Pág. 138

– «La vocación es para mí… algo así como un folio en blanco que el Señor da a cada uno cuando le entrega la vida con todo su bagaje de oportunidades y limitaciones. Por nuestra parte somos libres de escribir en este folio en blanco todo lo que queramos. Sin embargo, debemos recordar que la firma no es la nuestra, sino la del mismo Dios. Así pues, a nosotros se nos pide que llevemos el peso, el yugo de nuestra libertad con conciencia y responsabilidad.» Pág. 175