Ha sido la mía una espiritualidad encarnada, en el día a día de mi vocación de Hermano de las Escuelas Cristianas. No ha habido necesidad ni que pensara que Dios presidía mi vida ni que fuera Hermano: con el simple vivir con coherencia creo que se hacía ambas cosas. He trascurrido en un vivir gozoso en las diversas circunstancias y momentos de la vida. «De compromiso en compromiso».
En el día a día; dentro de las obligaciones de mi vocación docente. He puesto sumo interés en la oración comunitaria, así como en las reuniones. Me he servido como de orientación litúrgica del librito «La Misa de hoy» de los PP. Claretianos. Desde el principio me ha centrado mucho en la Palabra de Dios, del día de la Iglesia.
En la realización docente, tanto de niños como de adultos, me ha sido sumamente enriquecedora: he sentido que he recibido más que dado. En la «Reflexión de la mañana» me he sentido animador cercano de los alumnos. Me ha obligado mucho porque he tenido que hacerla muy personal. He comprobado lo fácil que es caer en el activismo educativo y apostólico.
La centralidad de mi vocación pasa por la vida comunitaria. El sentirse y ser Hermano y no otra cosa. Hermano con los demás Hermanos, no debido a la sangre cuanto a la misma llamada de Dios. El haber escrito «Noticias Necrológicas» me ha hecho ver la riqueza que ha tenido el Instituto en estos Hermanos «santos»: sencillos, humildes, serviciales…El ejercicio mutuo comunitario me ha ayudado en el ejercicio de la virtud. Pero sigo considerando que la fraternidad es un rico filón que apreciar.
La formación recibida ha sido variada y rica desde la Casa de formación. He tenido que esforzarme porque sea constante. El conocimiento de La Salle, sobre todo. Es profundo en sus expresiones, salidas de su rica experiencia. Por eso que considere las Meditaciones, entre otras, como biográficas. Es imposible escribir sin que se recurra a la cantera interior personal. Y La Salle toda su vida, fue sumamente coherente. He visto en su espiritualidad que es: rica, seria, profunda, acomodada, encarnada a los Hermanos. Quiere el Santo seamos sumamente espirituales para comprender la labor docente que se lleva a cabo; la vida …
He tenido el peligro de intelectualizar la doctrina espiritual; el Evangelio… Haberla hecho más de cabeza que de corazón; más de pensamiento y de palabra que «ocupación interior«; afectiva; de diálogo y conversación con Dios, como lo hace el amigo con el amigo. Hoy me aplico el dicho de Santa Teresa: «La Oración Mental es cuestión de tiempo y amor». Tiempo voluntario y personal que escojo cada día.
La disponibilidad ha sido otras de las realizaciones espirituales: «A cualquier lugar a que sea enviado»…En la variedad de circunstancias he encontrado la riqueza espiritual y humana. Esto no quiere decir que no me hubiera gustado haber permanecido más tiempo en un cometido que otro.
Hoy, desde la colina de los años, experimento una gran alegría al ver los caminos por los que camina el Instituto. Caminos de apertura y creatividad, con los lasalianos: Asociados…
Pero la pregunta que me hago la llevo clavada: ¿Cómo podremos seguir siendo y viviendo espiritualmente vueltos a Dios y a los Hermanos? sabiendo que estamos influenciados por un mundo secularizado: fe debilitada; individualista; sin aprecio de valores trascendentes…sin que se nos pegue algo…
Porque es ley, no sé de quién, que, cuanto más sigamos dándonos a Dios, más Él lo será en nosotros. Y también al revés.