Luciani, R.
Al estilo de Jesús (una propuesta para tiempos de crisis)
Ed. PPC, 2015, 110 pp.
El autor, doctor en teología por la Gregoriana, nos presenta la figura de Jesús desprendida de todo ropaje externo. En el fondo, pretende poner el acento en aquello que constituye lo más nuclear de Jesús: su proyecto del Reino, de fraternidad por encima de cualquier religión o manifestación jurídica.
Va pasando revista a aspectos diferentes del vivir cotidiano: la humanidad, la honestidad, el poder, la religión, los problemas de la sociedad… desde el punto de vista de cómo los vivió Jesús de Jesús y de qué aportó Jesús a cada una de esas situaciones de la vida.
En el fondo, nos devuelve una religión humanizadora, no porque Jesús creara ningún tipo de religión, sino porque la religión como expresión de esa “religación” del hombre con Dios, se hace (debe hacerse) desde el considerar a Dios como Padre bueno, compasivo, familiar, cercano a sus hijos. De ahí brota ese sentimiento de fraternidad, de preocupación por el otro, de buscar no el propio interés, sino el interés del otro al que trato como prójimo.
Las diversas situaciones de la vida, a medida que vamos leyendo el libro y lo confrontamos en cómo vivió Jesús, nos permiten introducir palabras como compasión frente a arrepentimiento, servicio frente a autoridad, fraternidad sobre espiritualidad desencarnada, paz frente a violencia y odio.
El autor hace constantes aproximaciones a textos evangélicos para devolvernos a la realidad de un mundo diferente y que expresa muy bien en el último capítulo del libro (el 6º): apostar por una sociedad más humana, donde tenga cabida el proyecto de Jesús como algo fundamental, que genere un nuevo tipo de relaciones más humanas y fraternas, donde la palabra reconciliación esté en boca de todos, no como un “vocabulario gastado” sino como una necesidad manifiesta de construir algo diferente. En el fondo, es salir del propio reducto familiar, como dice el autor, para ir en busca de “una familia mayor”: la de aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumple.
En la conclusión, el autor propone que “no habrá ya en el futuro más religión, iglesia, familia o ideología, sino solo reino de Dios, con un Padre bueno que espera lo mejor de sus hijos y con un Dios como el que nos ha manifestado Jesús (y ningún otro).