Isabel Soler, Asociada de la Comunidad de La Salle Premià de Mar. Actualmente en el Equipo de Animación del Sector Catalunya, del Distrito ARLEP, como Delegada de Formación e Identidad.

  • ¿Cuéntanos alguna vivencia o experiencia que espiritualmente te haya marcado?

Comparto con vosotros/as mi vivencia espiritual, que a menudo suele ser imperceptible si no la expresamos conscientemente desde la confianza y la complicidad. Es la vida interior, que alimentamos de episodios felices, deseos, angustias, desafíos, silencios, sueños… Y que nos acerca y conecta con la inefable presencia de Dios.

El caminar interior nos genera improntas, llamadas y profundas experiencias fundantes. La peregrinación lasaliana TRAS LAS HUELLAS DE LA SALLE, que tuvo lugar en julio de 2019 en conmemoración del tricentenario de la muerte del Fundador, me dejó una intensa “huella espiritual”. Conservo grabados esos días porque precedieron a una época muy distinta a la actual en la que no existían límites físicos para la convivencia. No apelo a la nostalgia del tiempo pasado, pues quiero entender que nuestro hoy y ahora también nos hacen crecer espiritualmente. Es en el dolor y el sufrimiento cuando la experiencia de Dios se nos revela con más nitidez.

La peregrinación lasaliana fue una fusión armónica de Comunidad y Espiritualidad. Compartir con jóvenes, educadoras, educadores y Hermanos de procedencias muy diversas un “buen camino” desde la sencillez de los hábitos diarios, hasta la oración y la celebración, y construir un mosaico de vivencias volviendo a los orígenes… ¡fue un regalo muy especial!

  • Cuando escuchas Espiritualidad Lasaliana ¿qué ventana se te abre?

Se me abre una ventana que me conecta con la Vida, con la infancia y la juventud más vulnerable, con una sociedad que necesita huir de la superficialidad. Se me abre el placer de la vida interior, del silencio, la contemplación, la lectura de la Palabra para abrazar el deseo de unión con lo Trascendente. Sin espiritualidad, para mí y para muchos, en estilo lasaliano, no hay fuente ni fuerza para nuestra acción. El SER nos prepara y nos nutre para el HACER, y la esencia del SER espiritual es el que nos identifica auténticamente con la Misión y ayuda a construir nuestra identidad.

  • ¿Qué sueles hacer para alimentar tu espiritualidad?

Los momentos de oración personal y comunitaria son uno de mis pilares. Me inspiran la lectura del Evangelio diario, los libros proféticos de la Biblia, las Cartas de San Pablo, las Meditaciones del Fundador (en especial las del Tiempo de Retiro), la Explicación del Método de Oración (EMO) -y las valiosas reflexiones del Hermano Antonio Botana al respecto-, los Salmos, las plegarias de Roger de Taizé, las Moradas de Teresa de Ávila, los poemas de David Jou, los escritos de los Padres del Desierto, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola

Me gusta practicar el “caminar meditativo” al lado del mar, cosa que tengo la suerte de poder hacer a menudo porque vivo muy cerca de la playa. Dejar fluir el paso y hacer consciente la respiración es un ejercicio que me predispone al abandono, a la disposición para acoger, a la contemplación.

Escuchar con atención a personas que expresan y transmiten con su testimonio una actitud abierta a la vida interior, visionar y admirar imágenes evocadoras como un amanecer, disfrutar de la música, son recursos que también alimentan esta mirada.

  • Si tu entorno lasaliano fuera “frío” en el tema de espiritualidad…. ¿cómo te las apañarías para abrir esa ventana?

He vivido entornos lasalianos “fríos” en la espiritualidad y, después de haber pasado por diversas etapas y procesos personales para comprender, adaptarme y revertir la situación, he mirado hacia dentro. Cada vez estoy más convencida que de poco sirven la acción y las palabras si no van acompañadas de un testimonio personal que las haga coherentes. Por eso creo que lo mejor es manifestarse abiertamente como somos y, si emanamos una vivencia espiritual auténtica, contagiaremos. Hace falta tiempo, sonreír mucho y cuidar, cuidar a quienes están contigo. El Espíritu sabe cómo y hacia dónde soplar.

  • Algún deseo o camino espiritual que te gustaría ver realizado en ti o en tu entorno lasaliano.

El arte de acompañar es imprescindible en cualquier contexto vocacional, sea con docentes y con no docentes, jóvenes, Hermanos, con las propias familias… Deberíamos acompañarnos más en la espiritualidad. Caminemos juntos integrando una “dimensión  mística” que nos habite y nos inspire. Para conseguirlo es necesario darle la relevancia y el ecosistema que favorezcan su crecimiento. Hemos aprehendido de nuestra tradición lasaliana a ser innovadores audaces y sabemos leer desde el corazón el profundo y valioso legado de Vaugirard, Parmenia, Liesse o Saint Remi. Orientemos nuestra mirada hacia este horizonte íntimo y universal al mismo tiempo y hagámoslo con pasión, entrega y perseverancia.


“Pero la principal ocupación del alma,
en la oración mental verdaderamente interior,
es llenarse de Dios  y unirse interiormente a Él;
lo cual es para ella una especie de aprendizaje y un goce anticipado,
por medio de la fe viva,
de lo que debe hacer realmente durante toda la eternidad.
Por este motivo se dice de esta oración mental que es aplicación del alma a Dios.”
EMO 1, 6