A partir de las cinco características de la Asociación, formuladas en el 43 Capítulo General, os proponemos un ejercicio de visualización, una experiencia menos racional, más intuitiva, para interiorizar el dinamismo de la Asociación.
Es un ejercicio para hacer en grupo, en comunidad, especialmente porque al final abrimos un tiempo para compartir la experiencia.
Los participantes deben escuchar (no leer) las indicaciones que siguen, y que alguien debe ir narrando lentamente, con cuidado espiritual. En el texto están indicadas las pausas con puntos suspensivos (…).
Aconsejamos buscar un tiempo y un espacio adecuado para ello. También puedes segmentar la visualización para animar varios momentos diferentes.

Los textos en color negro son para narrar, el resto de colores son indicaciones para el animador.

Indicaciones previas:

La visualización es una técnica que consiste en recrear imaginariamente una situación pasada, presente o futura. La visualización va a durar alrededor de 25 minutos. Va a ser un tiempo de quietud.
Ponemos todos en silencio los teléfonos, los dejamos en el suelo o fuera de nuestra atención.
Nos desconectamos de lo que hacen los demás, de otros ruidos.

Es importante comenzar y mantener una postura correcta en la silla:
– espalda recta,
– cabeza mirando al frente,
– ojos cerrados,
Practicamos ahora 10 respiraciones lentas, largas, profundas y abdominales…
Tomamos aire por la nariz, ensanchamos el vientre, bajando el diafragma… y soltamos el aire lentamente.
Es importante mantener la postura y la respiración para mantener un estado de quietud.

Iniciar la música de fondo:

Puede servir el audio que tienes aquí debajo. Dura 3 minutos y 31 segundos aproximadamente, suficiente tiempo para la narración hasta el siguiente audio. Si se acaba la música antes de tu narración no importa; si acabas tú antes, pues espera a que termine la música o la puedes finalizar tú manualmente.
Practícalo antes para no distraer a los participantes durante la visualización.
Esta música está sacada de: https://youtu.be/EacQj309pOg

Pista 1, introducción y Misión

Imagínate que estás en lo alto de una montaña…
hace una buena temperatura…
el sol calienta dulcemente tu rostro…
es un lugar seguro, amplio, llano, sin sensación de ningún vértigo.

1ª característica: la MISIÓN

Imagínate que miras ahora en dirección al norte…
es el norte de tu vida…
para un lasaliano, también para un Hermano, el norte es siempre la MISIÓN, el sentido de su vida.

Cerca de donde estás ahora puedes contemplar, imaginando, el lugar donde empezó tu primer contacto con la misión lasaliana…
Donde empezó tu itinerario lasaliano. ¿Dónde fue?…
¿Cómo llegaste ahí?…
Miras un par de kilómetros más lejos y, a simple vista, puedes imaginar los diferentes trabajos y responsabilidades que has ido tenido en la misión…
tantos niños y jóvenes con los que te has encontrado, a quienes has influido de alguna manera en su vida…
Tu paisaje está lleno de montañas y valles, a veces has encontrado fácil tu misión y has tenido éxitos…
otras veces la misión ha sido complicada, y te has extraviado por algún que otro sendero…

Contempla ahora cuánto te ha enseñado la misión a ti…
¿con qué curriculum llegaste a la escuela y qué talentos has desarrollado en estos años?… 
¿Qué has aprendido a hacer?…
¿en qué te ha cambiado como educador,  como persona?…

Intenta que la música del primer audio termine en este momento.

Toma ahora, imaginariamente, unos prismáticos para contemplar el paisaje que está casi fuera del alcance de tu vista, con los prismáticos vas a “frecuentar el futuro”…
Enfoca a lo lejos. ¿Qué ves?…
¿Quién imaginas que está esperando tu ayuda?… ¿Quién te necesita?…
¿Para hacer qué?…
Estos prismáticos son muy potentes: ¿Logras distinguir los rostros de los más vulnerables, de los pobres?…

Imagina que dejas de mirar con los prismáticos, los dejas colgando de tu cuello. Desde tu interior surge una oración, una sencilla acción de gracias…

Cicla sobre el siguiente audio para acompañar este momento de oración:

Nada más empezar la música di:

Gracias, Señor, por…

Espera que termine la música, dura 52 segundos.


2ª característica: la VOCACIÓN

Vuelves a disponer de 3 mintuos y 31 segundos para la siguiente narración, es el mismo audio de la 1ª característica.

Ahora, te imaginas girando tu cuerpo y tu mirada en el pico de esta montaña hacia el oeste, giras 90 grados, para mirar en la dirección de poniente. Es la visual para contemplar la vocación…

A unos metros de ti están tus inicios vocacionales…
Recuerda cuando no conocías el carisma lasaliano…
Recuerda cuando todo era hacer cosas, preparar clases o hacer tareas administrativas…
Cómo lo hacías a tu estilo… desde la pura profesionalidad…
Puedes contemplar cómo fuiste asumiendo el valor de la fraternidad…
el valor de tener una actitud de servicio…
el abrirse a la fe…
más allá de lo profesional…
Puedes ver tantos momentos de formación por los que has pasado…
el territorio de la formación inicial…
del CELAS o del CEL quizás…
¡tantos encuentros para compartir…
Tu pertenencia lasaliana ha ido mucho más allá de un contrato laboral o un contrato de voluntariado. Es otra cosa…

De alguna manera fuiste respondiendo a la llamada de Dios a través del responder a lo lasaliano…
Tu vocación cristiana ha cristalizado en el carisma lasaliano…
Tu consagración bautismal -para la mayoría de nosotros- se ha ido encarnando en tu vocación lasaliana…
Quizás también, si es tu caso, tu vocación matrimonial o de vida en pareja también han enriquecido tu vocación lasaliana, y tu vocación lasaliana ha enriquecido tu matrimonio…  
En todo caso, has hecho un largo itinerario en tu vocación…
tanto, que se ha hecho compromiso, sea de manera formal o no formal…

Intenta que la música termine en este momento.

Imagina que tomas de nuevo los prismáticos…
para ver más allá de lo que ves ahora…
para amplificar el futuro…
¿Qué nuevos paisajes intuyes que vas a encontrar?…
¿Qué sientes que te va a poner por delante la Vida, Dios?…
¿Qué estás viendo?…

Cicla sobre el siguiente audio para acompañar este momento de oración:

Nada más empezar la música di:

Señor, me fío de ti, estoy dispuesto a seguirte por dónde tú me lleves.

Espera que termine la música, dura 52 segundos.


3ª característica: la APERTURA UNIVERSAL

En lo alto de la montaña, giras ahora tu mirada hacia el Este. Te sitúas en frente del lugar de infinitos amaneceres.

Dispones ahora de 2 minutos y 38 segundos para la siguiente narración.

Cada día se abre con una nueva luz, cada amanecer es diferente. Es el Este la dirección de la APERTURA UNIVERSAL.

Tu itinerario lasaliano amaneció en una mañana determinada, en un lugar concreto…
Te implicaste, pusiste lo mejor de tu persona en ese amanecer…
Sin embargo la tierra sigue dando vueltas, el mundo cambia…
y cada amanecer lo cambia hace todo nuevo…

Varias veces has tenido que salir de tu zona de confort…
Sí, a veces los cambios han sido sinuosos, fáciles…
Pero otras veces han sido abruptos, dolorosos…
Sí, ya tenías asegurado el paisaje, tu mapa… pero, no sabes cómo, todo se puso patas arriba:
¿Recuerdas la última vez que tu vida se ha puesto del revés?…

Contempla ahora alguna de tus heridas…
recuerda que las heridas son el lugar por donde la luz puede entra dentro de ti…
Acaso no ha sido esa la manera para abrirte a nuevos retos…
La vida, Dios, siempre te invita a acoger nuevos amaneceres…
Nadie puede impedir un amanecer, seguro que has aprendido a estar abierto a la realidad…

Intenta que la música termine en este momento.

Imagínate ahora que te pones unas gafas de esas de realidad aumentada…
Y empiezas a ver, no sólo el paisaje evidente, normal y previsible de tu vida…
sino que empiezan a aparecer indicaciones de caminos nuevos, de nuevas experiencias… nuevas sendas que podrías transitar…
En el ámbito lasaliano, podría ser, por ejemplo: formar parte de un equipo de innovación pedagógica… colaborar con la pastoral… participar en la formación de otros lasalianos… ir como voluntario a una experiencia más allá de mis fronteras… animar la creación de una comunidad… colaborar con el Distrito en un proyecto ambicioso…

¡Hay tantas posibilidades en cada amanecer!…
Quizás tengas que discernir si comienzas a recorrerlas o no…
¡Qué bueno que la Vida, Dios, te siga invitando a abrir tu vida…
y, a la vez, sigue respetando tus tiempos, tu libertad…

Cicla sobre el siguiente audio para acompañar este momento de oración:

Nada más empezar la música di:

Gracias, Señor, por las heridas… gracias por ese más que en cada cambio introduces en mi vida.

Espera que termine la música.


4ª característica: la ESPIRITUALIDAD

Imagínate ahora que te tumbas en el suelo, en ese pequeño llano de encima de la montaña en donde estás. Imagínate tumbado boca arriba, mirando hacia el cielo.

Dispones ahora de 2 minutos y 38 segundos para la siguiente narración.

Con las palmas de las manos sientes que estás tocando ahora la tierra rugosa…
todo tu cuerpo está en conexión con la tierra…
pero a la vez, también percibes, sientes esa conexión con lo transcendente…

Observa el cielo, sobre tu cabeza pasan lentamente las nubes…
Imagina ahora que más allá de las nubes hay estrellas incontables que la luz del día ciega, pero que están ahí…

Al inicio mirabas la realidad sólo con tus ojos…
Pero poco a poco has ido poniendo una mirada de fe…
Has empezado a mirar todo lo que te ha pasado en tu vida desde la mirada de Dios…

Al inicio era solamente tu esfuerzo, tu iniciativa…
ahora sientes que formas parte del plan misterioso de Dios…
Al principio pensabas que eras tú quien tocaba el corazón de los niños y jóvenes…
ahora te sientes más intermediario… mediador de esa presencia de Dios…
Esa presencia de Dios que, como las estrellas, está ahí sin verlo…

Al principio esto de la Presencia de Dios te sonaba a algo extraño…
ahora te resulta más fácil hacer la conexión…

Intenta que la música termine en este momento.

Imagina ahora que en la cumbre donde estás tienes a tu disposición un telescopio…
miras ahora a través de su óptica que puede atravesar mágicamente la luz del día y contemplar lo más alto, lo más lejano, las estrellas y galaxias…
Imagina que a través del telescopio no es tu mirada la que sube al cielo…
sino la mirada y la luz del Transcendente, del Absoluto, de Dios, que baja…
y a través de tus ojos se encarna en tu mirada…
en tu manera de ver el mundo… de estar en la escuela…
en tu familia, en tu comunidad…

Imagina y disfruta del regalo que se te hace, es un don inmerecido…
Imagina llevando esa luz continuamente en tu interior…
imagina compartiendo con otros esa luz…

Tumbado en el suelo, cierras los ojos y te contemplas a ti mismo habitado por su presencia.

Cicla sobre el siguiente audio para acompañar este momento de oración:


5ª característica: la COMUNIDAD

Imagina ahora que te levantas del suelo y diriges tu mirada hacia el sur, hacia el mediodía, el tiempo y la visual de la comida compartida, de la COMUNIDAD.

Dispones ahora de 2 minutos y 24 segundos para la siguiente narración.

Cerca, a tiro de piedra puedes ver el paisaje de cuando eras una persona más bien solitaria…
sin demasiados lazos con otros lasalianos…
Contempla cómo se ha ido ampliando tu horizonte al trabajar en equipo en la escuela…
al pensar y programar juntos…
al compartir responsabilidades…

Siente cómo ha ido creciendo en ti el valor de hacerse hermano y hermana…
En la clase, con los compañeros, has hablado de acogida…
de atención personal…
del valor de la escucha…
de estimar y amar sin poner tantas condiciones…

Piensa también en quién ha sido para ti testimonio, referencia, en la creación de este paisaje de la fraternidad en tu vida…
Piensa en tu familia…
en tu comunidad…

Cierto que también en este terreno descubres zonas oscuras…
desencuentros…
pequeñas o grandes traiciones…
errores de tu parte…
olvidos…
miedo a relacionarte…
Estas sombras también forman parte de tu paisaje…
de nuevo, las heridas ponen nombre a tus deseos,
tus sombras te indican el camino para seguir aprendiendo.

Intenta que la música termine en este momento.

Imagina ahora que te pones unas gafas de visión infrarroja.
Éstas son unas gafas especiales que resaltan las fuentes de calor.
Imagina que, con esas gafas, mirando en dirección sur, la dirección de la comunidad, aumenta tu capacidad de construir relaciones…
de conectar con los sentimientos de las personas…
aumenta la capacidad de acompañar a otros…
Imagínate que ahora eres mucho más sensible a compartir tu vocación con los demás…
a expresar tu espiritualidad…
a saber cómo generar mejor espacios para la fraternidad…

Mirando hacia el sur, desde lo alto de esta montaña, te sientes con el corazón encendido…
dispuesto a sentarte y compartir el pan y el vino…
no sólo con los tuyos, sino con cualquiera…
haces silencio en tu mente para percibir mejor el calor de las personas…
y te siente capaz de dar calor…

En los próximos segundos, piensa en quién necesita, en estos momentos, tu acompañamiento, tu calor…


Concluyendo:

En el fondo, todo el paisaje forma parte de una única realidad, todo está relacionado, si miras al norte, también vas al sur, al este y al oeste.
Tanto si subes al cielo, como si te tumbas sobre la tierra, todo es una única experiencia, todo está conectado. Y todos estamos conectados con la Vida, con Dios, en el fondo del alma, en el fondo de cada experiencia.
«Juntos y por Asociación» es parte de nuestra esencia, de nuestro carisma.

Esto ha sido una visualización, un pequeño ejercicio tipo HARA…
ahora te invito a que abras ahora lentamente los ojos… Contempla a tu alrededor a los que como tú, también han hecho este itinerario, imaginario pero también real, de misión, vocación, espiritualidad, apertura universal y comunidad.

Esto es lo que se ve desde la cima del Everest.

(Proyectar la imagen 360º que aparecerá al clicar en el enlace que acompaña la imagen inferior, colocar en pantalla completa y situar el ratón a la derecha o izquierda para que la imagen vaya rotando):

http://www.panoramas.dk/fullscreen2/full22.html

Pero estoy seguro que lo que vosotros habéis visto desde vuestra propia montaña es aún más interesante.

En los próximos minutos os invito a que, cada uno con las personas de su alrededor, exprese visiblemente, creativamente, con algún gesto, con agradecimiento… lo que has sentido o experimentado.