“Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque entonces el remiendo al encogerse tira de él, lo nuevo de lo viejo, y se produce una rotura peor.
Mc 2, 21-22
Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierden el vino y también los odres; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos.
Esta entrada es una segunda parte, te invito primero a leer la primera aquí:
El Evangelio, la vida de Jesús, es vino nuevo para nuestras vidas, para nuestra estructuras… Continuamente estamos llamados a poner el vino nuevo en odres nuevos. A continuación una canción nos puede ayudar a interiorizar esta reflexión:
“En la prueba,
en la espera,
vino nuevo harás.
Ante ti yo hoy me entrego,
un camino abrirás.
En tu manos sé que puedo descansar,
aun si no entiendo, en ti puedo confiar.
Rindo mi vida
como una ofrenda a ti.
Haz lo que quieras
hacer tú de mí.
¿Qué puedo entregarte
si todo viene de ti?
Dios, vino nuevo haz de mí.
(bis)
Donde hay vino nuevo
hay nuevas fuerzas,
hay esperanza:
Tu Reino está aquí.
Lo viejo entrego,
pues tu nuevo fuego arde en mí.”
En una sesión de formación a distancia con lasalianos del Distrito Bolivia-Perú les planteé que discutieran y discernieran en grupo qué odres viejos necesitamos remover, y qué odres nuevos queremos para expresar nuestra vocación lasaliana, misión, pertenencia… Les pedí que decidieran qué actitudes, acciones, estructuras, maneras de ser son ya odres viejos y cuáles son o deben ser odres nuevos.
Durante 30 minutos dialogaron en grupos y cumplimentaron un tablero en línea, con la aplicación gratuita Padlet.
Después de unos minutos para que cada participante pudiera leer la aportación del resto de grupos, servidor pasó a presentar tres diapositivas elaboradas previamente al encuentro y que pudieran ayudar a profundizar y sistematizar los odres viejos y los odres nuevos:
Para poder cambiar los odres viejos en nuevos necesitamos desarrollar, provocar o construir nuevos dinamismos o estructuras:
Oración final al Espíritu:
EN LUGAR DE... Elige amar en lugar de odiar, crear en lugar de destruir, perseverar en lugar de claudicar, alabar en lugar de criticar, curar en lugar de herir, enseñar en lugar de esconder, dar en lugar de robar, actuar en lugar de aplazar, crecer en lugar de conservar, comprender en lugar de juzgar, unir en lugar de separar, bendecir en lugar de blasfemar, compartir en lugar de almacenar, sembrar en lugar de cosechar, vivir en lugar de morir... ...y sabrás por qué mi Palabra es Palabra de vida y mi Evangelio buena noticia; por qué de nada sirve, aunque se estile, poner a vestido viejo remiendo de paño nuevo y vino nuevo en odres viejos.
Tomada de: Ulibarri, Florentino. Al viento del Espíritu. Plegarias para nuestro tiempo. Editorial Verbo Divino 2004.