Autor: JÄGER, Willigis
Título: Contemplación, un camino espiritual.
Editorial: Narcea. 2013. Colección Espiritualidad.
Páginas: 148
Breve comentario:
Willigis Jäger ya hace tiempo que ha creado escuela. El libro no solamente lo escribe él sino que dos capítulos son redactados por dos colegas suyos. Escribe lo espiritual desde un enfoque nuevo, fresco y vivo. Con una concepción de lo evolutivo y lo humano a la altura del pensamiento científico actual. Pero a la vez es capaz de conectar con la tradición e interpretarla de manera que encaja con la esencia del mensaje religioso de todos los tiempos.
Es un libro fácil de leer. Invita a realizar ejercicios de contemplación sencillos. Lo espiritual no consiste en saber, sino es percibir el silencio, para descubrirse en Dios.
Índice:
1.- El desarrollo espiritual como tarea para la humanidad.
2.- Estructura de los caminos espirituales
3.- La contemplación en la tradición.
4.- La experiencia contemplativa.
5.- La dirección espiritual en el camino de la oración contemplativa.
6.- El camino contemplativo de Oriente a Occidente y de Occidente a Oriente.
7.- El ejercicio de la contemplación.
8.- Bibliografia
Citas que resalto:
– «Las diferentes confesiones religiosas tienen un nivel institucional: tiene iglesias, comunidades y credos. También tienen un nivel intelectual, una teología, una teodicea, una metafísica y una filosofía. Sin embargo su auténtica tarea debería ser conducirnos al tercer nivel, al nivel de la experiencia transracional y transpersonal. Esta experiencia supera todas nuestras representaciones de la realidad, pero todos tenemos un talento innato para este nivel”. (Pág. 15)
– “El momento en el cual nuestra conciencia personal emerge a partir de una preconciencia prehomínida, la tradición lo denomina ‘pecado original’. En realidad es la emergencia de la conciencia racional-personal. El ‘pecado original’ fue un paso adelante en el desarrollo de la persona humana. Cerró un paraíso del que nosotros, como hombres, debíamos salir si queríamos de verdad convertirnos en personas. ‘La expulsión del paraíso’ fue por tanto una etapa crucial de desarrollo. Fue una desvinculación, un parto, del estadio de conciencia animal (…) Habíamos terminado una etapa del desarrollo. El hombre no fue expulsado de paraíso, sino que se hizo adulto y salió del simbiótico seno materno animal. Un proceso doloroso, aunque necesario, como cualquier nacimiento.” (Pág. 17-18)
– «Tenemos que comprender que somos amor y que la estructura básica del universo entero es solidaridad y amor. La siguiente etapa de nuestra evolución humana será experimentarlo.” (Pág. 20)
– “Nivel místico: Este nivel intenta serenar todas las fuerzas del ego y anular toda la actividad del yo. El yo debe callar para que pueda emerger lo que la mística llama nuestra verdadera esencia. Jesús lo llama Reino de Dios. El Reino de Dios está dentro de vosotros, dice Jesús. Tienes que volver a nacer, le dice a Nicodemo…” (Pág. 32)
– “Nosotros somos la ficha de un juego con la cual aparece Él en nuestro universo. No es un Dios que está fuera o enfrente, no se sabe dónde. Lo que nosotros llamamos Dios, llega a su plenitud en el proceso de la evolución (…) Dios mismo juega como esa forma que yo soy durante unos años. Experimentar a ese jugador, que se toca a sí mismo en ese instrumento hombre, es el fin de la oración contemplativa. Yo soy, en pirmer lugar, música y solo luego la nota, que hoy suena y un día se apagará” (Pág. 33)
– “Dios ya no era un interlocutor patriarcal externo, sino lo más íntimo del hombre». (Pág. 65)
– “Cristo es el arquetipo de la unidad del hombre y Dios. Esta es sin duda una de las razones por la que tantos hombres a lo largo de los siglos se han sentido atraídos por Cristo. Él manifiesta claramente que el hombre total es ‘divino y humano’ (…) Lo divino duerme en cada hombre como una semilla. De igual forma que se ha desarrollado en Cristo, así debe germinar en cada hombre y desarrollarse.» (Pág. 93)
– “Willigis Jäger propone a los que buscan este camino imaginarse un espacio sagrado de 360º: ‘Todos los ruidos y acontecimientos están en este espacio, pero no dentro de ti, Imagínate un espacio sagrado alrededor de ti. Donde estés y a donde vayas estás en un espacio sagrado.” (Pág. 134)
– «El silencio está absolutamente vacío, no hay imágenes ni conceptos. ‘Todo lo que pensamos, comprendemos o podemos de alguna manera imaginar de Dios, no es Dios (Hadewijch de Amberes)-» (Pág. 135)
-» ‘Hubo un tiempo
en que yo rechazaba a mi prójimo,
si su religión no era como la mía.
Ahora mi corazón se ha convertido
en el receptáculo de todas las formas:
es pradera de las gacelas y
claustro de monjes cristianos,
templo de ídolos y Kaaba de peregrinos,
Tablas de la Ley y pliegos del Corán.
Porque profeso la religión del Amor y
voy donde quiera que vaya su cabalgadura,
pues el amor es mi credo y mi fe’.
(Ibn’ Arabi).» (Pág 143)