En la oración comunitaria, Marga Nadal nos ofreció este interesante texto:

-La fe es poner a Dios como único absoluto de la propia vida. Auméntanos la fe.

-La fe es la brújula que orienta la vida, que la pone de cara al “norte”, de cara a Dios. Auméntanos la fe.

– La fe es abrirse a la voluntad de Dios por encima de hacer nuestra “santísima voluntad. Auméntanos la fe.

-La fe es aceptar a Dios como respuesta no siempre fácil ni evidente, a los interrogantes del ser humano. Auméntanos la fe.

– La fe es oídos para escuchar a Dios, ojos para verle en la naturaleza, en el prójimo, en el propio corazón, en el pobre, en el pan partido y compartido. Auméntanos la fe.

– Fe es luz que ilumina en camino, aunque no evita ni las piedras ni las caídas. Auméntanos la fe.

– Fe es ver, juzgar, actuar y vivir desde el evangelio. Auméntanos la fe.

– La fe es soñar despierto, arriesgar la vida, vivir en un sano inconformismo; es saber amar y esperar que es posible lo imposible. Auméntanos la fe.

– La fe es capacidad para ver más allá de las apariencias, es darse cuenta de las necesidades del otro y sentirlas como propias. Auméntanos la fe.

– La fe es energía para seguir sirviendo, para vivir la vida y hasta la muerte como servicio gratuito y humilde que Dios hará fértil. Auméntanos la fe.

– Fe es creer en la fuerza del débil, en el poder transformador de la oración, en la “eficacia” de la acción que Dios ve. Auméntanos la fe.

– Fe es creer que la vida vence a la muerte, que el amor tiene más poder que el odio, que la esperanza puede más que la desesperanza. Auméntanos la fe.

– Fe es seguir amando, aunque nadie aplauda ni dé las gracias, teniendo a Dios como única “paga”; fe es enterrar la propia vida en el surco y esperar resurrección. Auméntanos la fe.

Si tuvierais fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podríais decirle a esta morera: ‘Desarráigate de aquí y plántate en el mar’, y el árbol os obedecería.
Lc 17, 6