Explorar el sentido de la vida, vigilar los propios errores, cultivar los talentos, abrirse a la novedad del Espíritu, no dejarse llevar por la acedia y la rutina… El Fundador escribió su propio Proyecto Personal en las «Reglas que me he impuesto». Los lasalianos estamos invitados a cuidar el propio itinerario espiritual, a mantener una actitud vigilante y responsable sobre nuestras propias vidas, a no dejar aparcada nuestra opción por los pobres.

“Cada Hermano está invitado a elaborar su proyecto personal. Este proyecto lo implica en un proceso de conversión permanente que unifica y orienta su vida.
Para elaborar y evaluar dicho proyecto, el Hermano tiene en cuenta su propio itinerario espiritual, las exigencias de la comunidad y los proyectos del Distrito. Si lo desea, el Hermano comparte su proyecto con la comunidad.”

Reglas 56.2

Alabado seas, mi Dios,
porque nos has dado la libertad y la inteligencia.
Tú no te impones con tu presencia,
ni tu amor nos ata,
eres el padre en la parábola del hijo pródigo:
nos regalas tu herencia y nos permites volar.

Alabado seas porque nos quieres creadores,
co-creadores contigo en este mundo inacabado.
Prefieres mantenerte en silencio,
en segundo plano, en el plano del misterio.
~
Y no nos queda más remedio que pensar,
valorar con nuestra mente y nuestro afecto
para tomar las decisiones de cada día
y las decisiones transcendentales.

Desearíamos que, al menos, nos dieras
todas las respuestas a nuestras preguntas.
Pero no dices nada.
Solamente tenemos tu Palabra,
la Palabra de Cristo y la promesa de tu Espíritu.
~
A cada uno de nosotros nos toca armar nuestra vida,
elegir los caminos que vamos a transitar,
los proyectos que vamos a emprender,
los obstáculos que afrontar,
y los recursos a emplear.
Alabado seas porque esto te ha parecido bien.

Reconocemos que, a menudo,
preferimos respuestas simples
que no nos exijan demasiado.

Vivimos de las rentas de antiguas decisiones,
pensando que todavía son válidas
para guiar nuestra vida.

Nos abandonamos a la comodidad,
dejamos de arriesgar,
y con el tiempo se nos apaga la chispa.

Poco a poco nos creamos un caparazón
que nos protege del entorno,
pero que nos impide evolucionar.
Poco a poco el escepticismo nos puede,
y acabamos descreídos,
ateos en la práctica,
porque aunque recemos mucho, ya no te seguimos.

Perdemos el norte,
faltos de una visión de futuro,
y vagamos sin sentido,
y nos conformamos con las “algarrobas de los cerdos”.
~
Que se me pegue la lengua al paladar
si me olvido de tu proyecto, Señor.
Que se me paralice la mano derecha
si mi preocupación no es la de tu Reino.
Despiértame de mi modorra,
tumba mis pequeños ídolos,
~
Quiero dejar de ser un molusco
y vertebrar mi vida.
tomar el camino de tu casa,
e implicarme en los proyectos que compartimos,

Quiero arriesgarme
y responder a los signos de los tiempos,
abrirme a tu voluntad,
regresar a tu regazo.
Quiero volver a ser fiel a mi vocación
~
Quiero imitar la iniciativa de Juan de La Salle,
y escribir mi versión
de “las reglas que me he impuesto”;
para ver si, al ponerme en camino,
siento la emoción de adivinar tu presencia en el horizonte.