Autor: GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio.
Título: Herejías del catolicismo actual.
Editorial; Trotta, Madrid.
Páginas: 131 págs.
Año: 2013
Comentario: El autor enumera los 10 “virus” o herejías que están deformando el kerigma original cristiano. Son ideas, maneras de pensar o actuar que en el devenir de los años, de la historia de la Iglesia, han sufrido erosiones, desvíos y, si bien en su origen intentaban expresar mejor el mensaje, por este devenir pueden hoy desfigurarlo. González Faus advierte que una sana diversidad es necesaria, ha sido siempre necesaria, pero ello no bendice cualquier manera histórica de expresar el mensaje. Es más, un cristiano actual no puede ser un ignorante en estas cuestiones.
El libro provocará “urticaria” a aquellos que blindan su vocación sacerdotal, niegan la autonomía de lo secular y esperan la restauración del poder y brillo de la época de cristiandad.
No es difícil de leer. No trata de explicar las herejías de antaño, sino las de hoy. Mi padre andaba buscando lectura y se lo ofrecí ¡Se lo ha leído en tres días! Me ha preguntado un par de conceptos ¡y me ha dicho que está muy bien! Mi padre solamente tiene los estudios primarios, pero un sexto sentido muy crítico con lo religioso.
Índice:
Introducción: ¿Conviene que haya herejías?
1.- Negación de la verdadera humanidad de Jesús.
Hombre ‘pero no tanto’.
Orígenes y consecuencias.
Dictar a Dios cómo ha de ser.
Dios pero digerible.
De qué hombre a qué Dios.
2.- Negación de ‘la eminente dignidad de los pobres en la Iglesia’
Lo que va de ayer a hoy
‘¿Qué hacéis ahí mirando al cielo?’
La identidad de Dios en juego.
‘Poner los corazones al descubierto’ (Lc 2, 35)
3.- Falsificación de la Cruz de Cristo.
¿Dios a la altura de nuestra justicia?
La inercia de la historia.
Desenfoques.
Las trampas del lenguaje.
Consecuencias.
4.- Desfiguración de la Cena del Señor.
El polvo de la historia.
Transformación de las relaciones humanas.
‘La Eucaristía hace a la Iglesia’.
Dignificación de la materia.
En conclusión.
5.- Convertir el cristianismo en una doctrina teórica:
La tentación gnóstica.
‘Vine para que tengan vida en abundancia’ (Jn 10, 10)
‘Transformar el mundo, una tarea para la Iglesia’
‘El pecado del mundo’ (Jn 1, 29)
La herejía capitalista.
6.- Negación de la absoluta incompatibilidad entre Dios y el dinero.
Dios otra vez.
La buena noticia de Jesús.
La oscura enseñanza de la Iglesia.
Hoy más necesario que nunca.
Puro sentido común.
7.- Presentar a la Iglesia como objeto de fe.
¿Creo en la santa madre Iglesia?
Paso de la autoridad de la verdad a la evidencia de la autoridad.
Una intelección deformada de la infalibilidad.
La autoridad eclesiástica por encima de la palabra divina.
Enseñar a adorar.
8.- La divinización del Papa.
Algunos datos.
Un mal argumento.
Desarrollo histórico.
Pedro y Constantino.
9.- Clericalismo.
Razones teológicas anticlericales.
Otra vez ‘el polvo de la historia’.
Jesús el anticlerical.
Liturgia y clericalismo.
Pronóstico leve.
10.- Olvido del Espíritu Santo.
El ‘aire’ de Dios.
El estilo de Dios.
‘Espíritu creador’
‘Experiencia social de Dios’.
Signo de los tiempos.
Conclusión: Yo pecador me confieso…
Textos que destaco:
– “… lo que hace esta herejía latente es deducir a priori la humanidad de Jesús desde una idea previa de Dios que tenemos ya antes de conocer al Nazareno (…) Este modo de proceder arguye tácitamente desde el siguiente silogismo: ‘Dios es así. Es así que Jesús era Dios. Luego Jesús tenía que ser así y así’. (…)
¿Y si el verdadero modo de argüir fuese este otro: “Jesús era así; es así que Jesús es Dios, luego Dios es así? ¿Y si Dios, más que con la categoría del poder, hubiera de ser mediado por la categoría del amor para relacionarse con nosotros?.” Päg. 20)
– Citando a Gesché: “dioses falsos lo son no tanto porque falsean a Dios cuanto porque falsean al hombre (…) O evocando la frase de Ireneo de Lyon, ya en el siglo II: es falso todo Dios cuya gloria no sea la vida del hombre.” (Pág. 31)
– “La Cruz se convirtió así en factor de resignación cuando en realidad es el resultado de no haberse resignado Jesús ante la injusticia establecida: parece ser motivo de sumisión y aceptación, en lugar de ser motivo de lucha. Y lo peor: las autoridades religiosas han abusado muchas veces de esta deformación de la Cruz para reclamar una sumisión rápida e incondicional, carente de diálogo y de búsqueda en común.” (Pág. 42-43)
– “Se deforma la fe cristiana cuando se la convierte en una doctrina teórica o en una religión cúltica, en vez de ser una vida y un camino creyente para la transformación del mundo.” (Pág. 57)
– “Nuestros presuntos símbolos o indicios de lo sagrado (vestiduras y demás) no remiten al hombre de hoy a ningún atisbo de transcendencia, sino que lo remiten a épocas o a culturas pasadas. Entonces el supuesto signo de lo sagrado solo significa sacralidad para su portador que así se sacraliza a sí mismo.” (Pág. 90)
– “…el ser de Dios es darse y compartir en igualdad (este es uno de los significados fundamentales del dogma de la Trinidad : ‘coeterno’, consustanciales, coiguales’, como gustaban de decir los primeros cristianos). En contraste con esta imagen de Dios, resulta que el papa sí que es un monarca al que nadie se iguala y al que toda la Iglesia queda subordinada no solo en el orden del hacer y de la obediencia, sino en el orden del ser.” (Pág. 98)
“El último efecto trágico de esta divinización del papa de la que hoy se aprovecha la curia romana, es que ella está en la raíz del enorme pecado de la división de los cristianos y del poco empeño ecuménico de Roma que prefiere su autodivinización a la unión de todos los cristianos.” (Pág. 100)
– “El Nuevo Testamento rehuye expresamente llamar sacerdotes a los servidores o responsables de las iglesias… son llamados presbíteros, supervisores, servidores, ‘los que trabajan por vosotros’ …pero nunca sacerdotes.
En cambio, en el catolicismo de hoy, el ministerio eclesial se ha ido asimilando más al sacerdocio veterotestamentario que al de las primeras comunidades cristianas. Y mantener ese nombre de sacerdotes, como hace nuestro catolicismo, podría ser otro ejemplo de lo que antes describíamos como poner el magisterio por encima de la palabra de Dios. (Pág. 106-107).
– “Basten estas pinceladas [que nos] permiten constatar lo presente que está el Espíritu en el lenguaje de la iglesia naciente, en contraste con lo ausente que suele estar en el lenguaje de nuestro catolicismo. Entonces, ese olvido del Espíritu Santo que estamos intentando evidenciar ¿no tendrá algo que ver con el enorme miedo a la libertad, típico de nuestro catolicismo actual?”. (Pág. 121)