En cada familia que vive unida a pesar de las dificultades. En el rico que ayuda al pobre.
En toda casa que se trabaje para cultivar las bienaventuranzas.
En el corazón de toda persona que hace el bien.
Joan.
Resurrección, nacer, volver a la luz. Grandes oscuridades nos pueden rodear y, a lo mejor, no las vemos. La predisposición al abrazo gratuito, el beso agradecido, la caricia, la sonrisa… darán la luz que ilumine.
En todas partes, con esta actitud, abriendo el corazón y dejando que la luz nos ilumine, iluminaremos transmitiendo las ganas de vivir, la alegría de sentir. Donde estemos, con nuestra luz, habrá vida y resurrección. No dejemos que se apague nuestra propia luz y todo será vida y resurrección.
Javi
Hoy he vuelto a poner resurrección y vida en mi corazón, y deseo irradiarla a mi alrededor, con mi familia, amigos, comunidad, vecinos, entorno… con la ayuda de Jesús.
Marga
En conflictos entre familiares, tratando que se renueve la armonía.
Jaume.
Entre los chicos y chicas, en las mujeres que aprender arte y amor por la vida.
Antonella.
En todas las relaciones que nazcan del corazón, en la presencia activa de mi quehacer cotidiano, en la palabra amable que debo tener siempre dispuesta.
Martín
Resurrección es vida, en cada una de las personas que viven cerca y forman parte de mi vida.
Xisca.
En mi corazón, en mi pensamiento.
María.
Dios calla. A veces pretendemos hacer hablar a Dios: ja, ja… Realmente sólo escuchamos los ecos de nuestro pensamiento, sólo reproducimos el “sofware” instalado, aprendido de niño, de mayor… Hacer hablar a Dios… um…
Dios no habla, inspira, calla.
Con Jesús en la cruz entendemos que Dios ya lo ha dicho todo. Dios no es una fuerza que actúa desde fuera del mundo, desde ningún cielo. Dios se ha hecho humano en el Nazareno, en todo lo humano.
Ha muerto el dios antiguo, juez, vigilante… lo hemos matado al evolucionar nuestro pensamiento… Las culturas modernas han cambiado la cosmovisión y el lenguaje que utilizamos para expresar lo religioso. Murió el dios, habló la cruz que hace callar todo discurso antaño divino. Aquel lenguaje era provisional, ahora incapaz de significar, insignificante.
Queda la experiencia de Jesús, queda el amor, la capacidad de esperanza, queda la Vida. Queda el Cristo, el Jesús de Galilea, el Espíritu que sigue descendiendo -si le dejamos- sobre cada uno de nosotros.
El amor se nos ha dado si aceptamos la vida, ni no nos instalamos en la muerte que genera el dinero, el éxito, el dominio, el egoísmo.
Jesús se acaba de cargar toda divinidad. Los dioses no tienen vida.
Jesús desmonta toda dominación. Desestructura toda religión. Él es el que tiene vida. El Padre se la ha dado, lo ha confirmado. El resto de dioses son restos arqueológicos, ecos pasados que no dan vida.
Dios calla para que seamos humanos en plenitud, para que seamos libres, maduros y adultos. Dios calla, de momento, ya lo ha dicho todo en Cristo. Calla, de momento, para hacernos subir a su nivel, a su Vida, más allá de toda muerte.
Cristo sigue vivo en cada ser humano que cree en él. Cristo nos hace resucitar.
Paco