Personalizar las preferencias de consentimiento

Utilizamos cookies para ayudarlo a navegar de manera eficiente y realizar ciertas funciones. Encontrará información detallada sobre todas las cookies en cada categoría de consentimiento a continuación. Las cookies que se clasifican como "Necesarias" se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para habilitar las funcionalidades básicas del sitio. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar cómo usa este sitio web, almacenar sus preferencias y proporcionar el contenido y los anuncios que son relevantes para usted. Estas cookies solo se almacenarán en su navegador con su consentimiento previo. Puede optar por habilitar o deshabilitar algunas o todas estas cookies, pero deshabilitar algunas de ellas puede afectar su experiencia de navegación.

Always Active
Se requieren las cookies necesarias para habilitar las funciones básicas de este sitio, como proporcionar un inicio de sesión seguro o ajustar sus preferencias de consentimiento. Estas cookies no almacenan ningún dato de identificación personal.
 

No cookies to display.

Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funciones, como compartir el contenido del sitio web en plataformas de redes sociales, recopilar comentarios y otras funciones de terceros.
 
Las cookies analíticas se utilizan para comprender cómo interactúan los visitantes con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre métricas como el número de visitantes, la tasa de rebote, la fuente de tráfico, etc.
Las cookies de rendimiento se utilizan para comprender y analizar los índices clave de rendimiento del sitio web, lo que ayuda a ofrecer una mejor experiencia de usuario a los visitantes.
 

No cookies to display.

Las cookies publicitarias se utilizan para proporcionar a los visitantes anuncios personalizados basados ​​en las páginas que visitó anteriormente y para analizar la efectividad de las campañas publicitarias.
 

No cookies to display.

Reflexión preparada por Joan Isern y Nieves De León.

En el evangelio de hoy hemos visto que Moisés elevaba la serpiente en el desierto. En la Biblia la serpiente de bronce curaba las picaduras de serpientes, por tanto se trataba de un símbolo de salud y vida.

Hoy no tenemos que recurrir a símbolos mágicos, pues Jesús es un símbolo de la vida para todos y todas los/as que lo miran con fe.

Mirando a Jesús nos descubrimos a nosotros/as mismos/as, lo que hay en nuestro interior, aquello que muchas veces nos enorgullece, y otras veces nos causa dolor. Podemos hacer esta semana un ejercicio de tomar aquella figura de Jesús que más nos guste, imagen, estampa, cruz, lo que cada uno/a quiera y la contemple durante un rato. Intentemos hacer un ejercicio de contemplar, su rostro, sus manos, su figura, e intentar percibir qué nos dice Él de nuestra propia vida.

A llegar a apasionarnos por Él, por su evangelio, y que esta pasión mueva toda nuestra alma, que vaya inundando todo nuestro ser a fin de ser reflejo de Dios en nuestro día a día. Una pasión que a algunos (especialmente los más jóvenes – o no tanto-) nos haga sintonizar nuestra radio (todo mi ser) en la frecuencia de Dios para intentar encontrar respuesta a una pregunta que debe resonar en nosotros cada día: ¿Qué pides de mi, Señor? ; y a otros (seguramente los más mayores) lo mas probable es que ya hemos sintonizado la frecuencia de Dios y hemos visto como Él con su sutileza nos ha ido conduciendo….y a algunos nos habrá llevado al matrimonio y formar una familia con la difícil tarea de educar a nuestros hijos, a otros a vivir la vocación laical con una mayor entrega a tareas concretas, a otros a la vida religiosa o sacerdotal…..pero quizás se nos acabaron las baterías; y dejar que Cristo con su evangelio entre de nuevo en nuestras vidas será la PASIÓN que recargará las pilas.

En esta semana en la que la Iglesia celebra el día del seminario, podríamos dedicar un poco de nuestro tiempo a estar atentos al Señor ¿Qué me pides? ¿Para que me has puesto aquí en medio? Abiertos al don del sacerdocio como regalo de Dios en nuestra familia. Quizás un hijo, un hermano, un nieto que ha sido tocado por Dios….. o YO mismo! Tengamos una oración por las personas que están preparándose para el sacerdocio, que sean imagen de un Dios con “un corazón tan grande, que no le cabe en el pecho”, y que se apasionó por nosotros primero.

Esta semana os invitamos:

A los jóvenes: ¿Cuál crees que es la vocación en la que mejor puedes seguir a Jesús? Piensa que es el camino que más te hace feliz, no el más fácil, o el que todo el mundo quiere para ti.

A los adultos: ¿Qué rasgo/s reafirmarías de tu vocación? Compártelo con alguien.

Jn 3, 14-21
Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre ha de ser levantado, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que creek en él no muera,l sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
El que cree en el Hijo de Dios no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. Los que no creen ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundoñ prefirieron la oscuridad a la luz. Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. Pero los que viven conforme a la verdad, se acercan a la luz para que se vea que sus acciones están de acuerdo con la voluntad de Dios.