“Maestro” – ¿dónde vives?  Ven y lo verás.

Juan nos ha presentado a Jesús como el Mesías, nos lo ha presentado como el Hijo de Dios que está con nosotros, que anda entre nosotros, que se confunde entre nosotros: “He ahí  el Cordero de Dios”. Pasa a nuestro lado, está ahí.

Los discípulos que están atentos le siguen. Pero nosotros muchas veces no somos capaces de localizarle. Y  nos preguntamos dónde está, donde se encuentra, dónde vive. Pero no nos hemos parado a buscarle, y mucho menos a preguntarnos “Maestro, ¿dónde vives?”. Su respuesta sería clara y directa: “Ven y lo verás”.

Foto: Ernest Casaponsa

Jesús nos está diciendo la forma de encontrarle. VEN. Nos deja a nosotros que le encontremos. Él está, pero somos nosotros los que tenemos que aceptarle y seguirle. Este ir nos implica aceptarle, hacer visible que seguimos su enseñanza, que somos testigos vivos de su mensaje, que nos entregamos en cuerpo y en alma al prójimo, que construimos poco a poco el Reino de Dios con y en nosotros a través del mensaje de amor de Jesús. Y así le encontraremos. Y no seremos los únicos en encontrarle, si no que muchos otros, con nosotros como luces que les iluminen el camino, podrán encontrarle.

De repente se nos aparecerá en nosotros mismos, en nuestro corazón, en nuestro vecino y amigo, en la sonrisa de un niño y en la ternura de una acaricia. Veremos que vive aquí, a nuestro lado, en nosotros, con nosotros, en todo lo que nos rodea. Simplemente tenemos que abrir los ojos y verle, porque a Jesús siempre le veremos a través de él mismo.

Jn 1, 35-42
Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús dijo:
–¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!
Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:
–¿Qué estáis buscando?
Ellos dijeron: –Maestro, ¿dónde vives?
Jesús les contestó: –Venid a verlo.
Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo: –Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).
Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo: –Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro)