18019Autor: William Johnston, s.j.

Título: Mística para una nueva era. De la teología dogmática a la conversión del corazón.

Editorial: Desclée De Brouwer. Colección Caminos. Bilbao

Páginas: 345.

Año: 2002.

Comentario: Abrir la experiencia mística a todas las personas que buscan. Aprender de oriente, aprender de otras culturas y filosofías. Desmontar las palabras, estructuras y superestructura, con las que expresamos el misterio. Ser humildes para reconocer que no sabemos. Acceder al misterio, no desde las formulaciones racionales, sino desde la experiencias del corazón.
Emplea un amplio vocabulario teológico, pero es accesible al lector medio.

Índice

1ª parte.- La nueva conciencia.
I Una nueva era
II La era de las revoluciones (I)
III La era de las revoluciones (II)
IV La gran búsqueda
V El despertar de Asia
VI La meditación asiática
VII En búsaueda de la experiencia mística

2ª parte.- La nueva mística
VIII Camino de oración
IX La vía mística
X El sannyasin, el bodisatva y el místico
XI “Aquél último e inefable misterio”
XII La encarnación
XIII En búsca de Jesús
XIV Jesús, el místico (I)
XV Jesús, el místico (II)

3a parte- La gran conversión.
XVI “Un sólo Señor, una sola fe”
XVII Hacia la armonía

Epílogo.- La segunda primavera

Textos que destaco:

Nadie se atreverá a negar que necesitamos una nueva mística. Necesitamos místicos holísticos que nos enseñen a abrazar tanto la materia como el espíritu. (Pág. 247)

La Iglesia, aprendiendo de la kenosis de Jesucristo, debería ser humilde y abrir su corazón a las otras religiones a fin de ahondar en su comprensión del Misterio de Cristo. (Pág. 340)

¡Las lágrimas de este siglo han preparado el terreno para una nueva primavera del espíritu humano! Ya esta primavera se deja ver en el hambre de experiencia espiritual, la nostalgia de la meditación, la búsqueda de la experiencia mística, los mártires por la justicia social, la solicitud por los desfavorecidos, la compasión por los que sufren. Aunque los edificios se vengan abajo, la sed espiritual de la humanidad jamás morirá (Pág. 345)

“Para muchos, la religión constituye únicamente un conjunto de dogmas y de doctrinas, acompañados de una ética superflua. No nos estimulan a hacernos preguntas. El énfasis recae en la obediencia. “Ya tenemos las respuestas. Leed el catecismo. Obedeced a la autoridad pedagógica o magisterio de la Iglesia.
¿Qué más queréis?.”