Jesús, Dios de la Vida.
Gracias por mi vocación a la enseñanza.
Concédeme ejercerla con amor,
prudencia, sabiduría y paciencia.

Ayúdame a ver a mis alumnos
con Tu mirada de misericordia
para sólo captar el bien en cada uno,
conocer sus cualidades,
alentar sus sueños y proyectos,
y enseñarlos con dulzura y firmeza
a corregir sus faltas y tropiezos.
Que sepa compartir sus alegrías,
comprender sus inquietudes
y consolar sus tristezas.

Maestro Bueno.
Haz que logre enseñarles a ser
constructores de justicia y de paz,
honestidad, fraternidad y perdón,
defensores de la vida y la verdad.

Que sepa compartirles la fe,
comunicarles esperanza,
animar su perseverancia y valentía,
alentar su caridad y alegría
y sembrar en su corazón la voluntad
de caminar Contigo y hacia Ti
dedicando sus dones y talentos
al servicio y al bien de los demás.

Que sepa, al modo que nos enseñó
Juan Bautista de La Salle,
prepararlos para la vida,
tocar sus corazones,
acompañarlos.
Que sepa descubrir
las necesidades de nuestros alumnos de hoy,
conocer y discernir
el modo de proceder con cada uno de ellos.
Que sepa hacer,
junto a mis hermanos educadores,
que la escuela vaya bien.