Espíritu de Comunidad

Desde la realidad:

En la sociedad actual la mayor parte de los jóvenes se mueven en torno a un ídolo mutimedia, que llena su vida de unos valores mediáticos y formas de vivir que forjan buena parte de los rasgos de su personalidad. Sus formas de vestir, expresarse, maquillarse, vivir y lógicamente de pensar, muy influenciados por los medios de comunicación, tienen como referencia a dicho ídolo. En torno a él se programan viajes para participar en concentraciones masivas y grandes festivales. Y este proceso se repite de forma continuada como leifmotiv de su vida.

¿Con quién te identificas más en tu vida? ¿Con quién te sientes conectado?

¿Con quién hablas de tus inquietudes?

¿Con quién te sientes afectivamente vinculado?

¿En quiénte fijas para crecer como persona?

Otras realidades existenciales:

La motivación colectiva de los miembros de una empresa a través del coaching para producir más y ser competitivos…
La familia, como proyecto común de vida de 2 personas con fines que trascienden la mera productividad…
Los seguidores de un equipo de fútbol, con sus ritos, cánticos y celebraciones cuya vida gira en torno al devenir de su equipo…

Necesitamos

Las personas y grupos humanos carentes de valores personales y grupales de tipo solidario, espiritual o transcendente necesitan descubrir otros valores.

Para ello:

Busca personas o grupos con las que compartir inquietudes que les hagan vivir de forma solidaria.

Comprométete con grupos, comunidades que viven la vida en torno a un proyecto personal y comunitario alternativo que le ayude a realizarse como persona (ayuda humanitaria, ONGs, grupos religiosos…).

Busca un referente existencial que nos llene la vida de sentido y nos de una felicidad más plena.

Desde el Evangelio.

“El que dice: “Yo amo a Dios”, pero al mismo tiempo odia a su hermano, es un mentiroso. Pues quien no ama a su hermano, al que ve, tampoco puede amar a Dios, al que no ve.” (1 Jn 4, 20)

Nos sugiere:

Lo que no quieras para ti, no lo quieras para los demás.

La fraternidad es un rasgo personal y comunitario, característico de los seguidores de Jesús.

Nos interroga:

¿Crees que el odio a otra persona es compatible con el mensaje de Jesús?

¿Hay alguien con el que estás enemistado todavía?

¿A quién has perdonado últimamente?

Ponte en marcha:

Compartir de dos en dos o en pequeños grupos experiencias significativas que nos hayan cambiado la vida, hayan influido en el crecimiento personal o grupal y nos hayan hecho más solidarios.

Para peques: Dibujar escenas en las que el niño/a se siente feliz en compañía de alguien. Contar el dibujo a otro compañero o pequeño grupo.

Para educadores: Cada educador redacta un texto con los rasgos de su personalidad que favorezcan las relaciones fraternas en la comunidad educativa. Comparte dicho escrito con otro educador o pequeño grupo de educadores.

Para consagrados: Comparten de dos en dos la experiencia de Emaús, saliendo al encuentro del otro, desarrollando la empatía y ayudándose mutuamente a descubrir el sentido de la vida tras el encuentro con Jesús.

Para novios: Realizar un proyecto de pareja que os ayude a crecer unidos en valores compartidos.

Competencia espiritual.

Celebra y ritualiza el éxito, la amistad, el amor, el perdón y la vida…

Expresar emociones, pensamientos y reflexiones a través de la creatividad: mímica, música, arte, composición literaria… para celebrar y ritualizar los acontecimientos significativos de la vida.

Desarrolla un sentido comunitario y de pertenencia.

Elaboración del proyecto personal de cada uno, como miembro de un grupo, que se expresa en el Proyecto Comunitario.

Desde la multireligiosidad.

Budismo:

“No podemos ayudar los a demás si no nos ayudamos a nosotros mismos.” (Sangharakshita)

“El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. ”  (Dhammapada)

Islam:

El Corán prescribe continuamente tratar bien a los vecinos parientes y no parientes, está prohibido incomodarlos o perjudicarlos, está prohibido comer hasta saciarse mientras el vecino tiene hambre, y Mahoma dijo que aquél cuyo vecino no esté a salvo de su maldad no entrará al Paraíso.

Desde San Juan Bautista de La Salle:

En su vida: Los “maestros de nuestra comunidad”.

De La Salle, siguiendo el consejo del P. Barré, “vivir con los maestros, como uno de ellos”, deja su familia y se instala con sus 9 maestros en la calle Nueva de Reims e inicia con ellos un nuevo estilo de vivir en comunidad. Este hecho le lleva a vivir de forma real y afectiva la unidad entre los miembros de la comunidad, la afluencia de vocaciones y la generosidad al servicio de la escuelas.

En sus escritos:

“Piedra preciosa es la caridad fraterna en el seno de las comunidades; por eso la recomendó reiteradamente Jesucristo a sus Apóstoles antes de morir. Perdida ella, todo está perdido. Conservadla, por tanto, cuidadosamente, si queréis que vuestra comunidad perviva.” (M 91, 2)

“Habiéndoos llamado Dios por su gracia a vivir en comunidad, no hay cosa que debáis pedirle con mayor insistencia que esa unión de corazón y de espíritu con vuestros Hermanos, porque sólo mediante tal unión conseguiréis la paz, en la que ha de consistir toda la felicidad de vuestra vida. Instad, pues, al Dios de los corazones que del vuestro y del de vuestros Hermanos, forme uno solo en el de Jesús.” (M 39, 1)

María Jesús Villalba, Francisco Calatayud y Pascual Muñoz.