Millán Asín, M.A. Liderazgo y gestión. Lo que podemos aprender de los fundadores, Sal Terrae, Santander, 2013, 254 pp.

Podríamos decir que este libro viene a combinar lo que se destaca en las empresas cuando se habla de los líderes y lo que contribuyen nuestros Fundadores a desarrollar ciertas facetas del liderazgo. Es decir, ante la pregunta que podríamos hacernos de si nuestros Fundadores han tenido “madera” de líderes en relación a cómo se vive hoy en la empresa este concepto… podemos decir, según el autor, que sí, de manera rotunda.

Ha ido explorando el autor numerosos ejemplos de Fundadores/as de cara a ir viendo si de ellos podemos aprender los nuevos conceptos en cuanto a la dupla “misión-visión” tan en boga hoy en las empresas. Y, a través de múltiples ejemplos tomados de la vida de ellos/as, concluye el autor que hay muchos elementos que podemos asumir para gestionar bien nuestros realidades de vida religiosa y aprender de ellos cómo lo vivieron. Así, experiencias de fracasos y constancia, tenacidad y claridad (o no tanta) de visión de futuro, empoderamiento femenino, buena administración, saber gestionar los silencios, el sentido de la formación y cómo la concebían y el porqué de ella para nuestros Fundadores. Incluso, cómo abordar los conflictos o la importancia de la comunicación o la gestión económica son aspectos que nos llaman la atención cuando los vemos así, “todos juntos” en el hermoso rosario de Fundadores/as que cita constantemente el autor en torno a los temas objeto de cada capítulo.

El autor va pasando revista a estos conceptos y algunos más e intenta mostrar cómo nuestros Fundadores se adelantaron incluso a los tiempos empresariales adoptando técnicas que encajan perfectamente en el hoy de nuestro quehacer “empresarial” (educativo, social, asistencial, médico, etc.). Es decir, volver la vista hacia ellos puede aportar claridad a nuestras formas de ejercer el liderazgo y la gestión de nuestras obras; pero sin olvidar que su validez es también plausible para otras empresas, otros cometidos que no estén ligados a obras llevadas o administradas por religiosos/as.

El autor ha querido ilustrar su convicción con muchos ejemplos de vida de los Fundadores, entre los cuales, claro, no falta Juan Baustista de La Salle, citado en varias páginas del libro como modelo de líder (págs. 46-48, 62-64,134-136, etc).

Once capítulos donde se va comentando y haciendo la síntesis, por ejemplo, de los valores del líder, de la formación personal o la forma de resolver los conflictos, de la gestión económica o cómo y por qué han sido líderes resolutivos y decididos, aún cuando algunos, al comienzo de su actividad, no lo tenían nada claro.

Termina el autor con dos capítulos breves dedicados a la internacionalización y a la innovación y creatividad como dando a entender que conceptos de hoy ya se barajaban en épocas anteriores; y para ello, no hay que olvidar tiempos lejanos de los siglos XI o XII hasta hoy.

Y concluye el autor con estas palabras: “Con este trabajo queremos motivar a todas aquellas personas que se están planteando alguna iniciativa emprendedora… Los ejemplos de las personas mencionadas en la obra no lo tuvieron fácil… Sus principios fueron duros, humildes, lentos… con enfrentamientos incluso desde dentro de sus misiones… Pero, termina el autor citando a Goethe: Si tú estás verdaderamente comprometido con tu meta… el universo entero conspira a favor de ti para que aparezcan los instrumentos y las personas que te permitirán lograrlo” (pág. 254).